domingo, 21 de diciembre de 2008

De la Generación X a la Generación Z_ space: perdidos en el espacio o en búsqueda de identidades a través de una compulsiva producción de sentido.

El presente artículo se refiere a un fenómeno más que se manifiesta en la sociedad de la electrónica: el uso de los recursos tecnológicos por parte de jóvenes que de manera anónima entablan comunicación entre sí. Trato de abordar, de manera empírica, un aspecto de la comunicación mediada por redes virtuales, que confiere a la juventud adolescente un recurso innovador y hasta ahora inexplorado, mismo que impacta en sus hábitos de comportamiento y de manera directa en la forma de interactuar, tanto en comunidades que se encuentran aisladas, como en aquellas otras donde conviven en el espacio físico social.
Sugiero una categoría para la nueva generación de personas que nacieron en una etapa de la humanidad, donde la comunicación electrónica tiene predominancia sobre la vida de millones de sujetos que cotidianamente permanecen enlazados, “conectados” a un mundo virtual, a la vez que interactúan en la realidad material: La Generación Z_ space.

¿Qué cambios representa para los integrantes de las sociedades de la llamada posmodernidad el que conformen élites que conviven de manera inaccesible a los otros, es decir, virtualmente aparte?

¿Qué transformaciones en las personalidades de los sujetos usuarios adolescentes de las redes cibernéticas pudieran presentarse al tener el poder de construir su propia realidad?


El paso del tiempo es implacable al dejar sus huellas, en tanto la sensación de que cada día transcurre más de prisa parece tener una explicación en la física contemporánea, más allá de consideraciones de índole subjetiva.
Los medios de comunicación nos refuerzan la idea de que suceden demasiadas cosas durante las mismas veinticuatro horas, además de que éstas pasan cada vez con mayor fluidez o velocidad, para desvanecerse entre una suerte de nuevos surgimientos que tienen determinado lugar y momento en el espacio- tiempo.
En esta continua aparición, ocaso y extinción de sujetos y objetos, con diferentes características de las de sus antecesores, se tienen definidas, por sus diferentes rasgos, las pautas que dan lugar a las generaciones. La última de ellas, reconocida por algunos como la Generación Y, surge a partir de la Guerra del Golfo como una generación de in pase, que sirvió de transportador para dar lugar a una nueva generación que se reconoce por nacer en un mundo dominado por la tecnología virtual: La Generación Z_ space, formada por quienes nacen un poco antes o a partir del 2000.
Esta generación confluye con élites de jóvenes adolescentes de las últimas oleadas de la generación Y; usuarios compulsivos de Internet y otras vías electrónicas de comunicación a distancia, quienes no se conciben cabalmente en el mundo sino es por medio de las posibilidades que ofrece el espacio virtual, creado por la nanotecnología, entre otras especialidades de las ciencias.
Cada vez más enfáticamente sus interacciones dependen de ordenadores electrónicos, así como de una gama de periféricos unipersonales, con los cuales establecen plataformas de intercomunicación en tiempo real o bien, a través de links que mantienen información virtualmente suspendida con libre accesibilidad.
El término Generación X se ha utilizado para referirse a las personas nacidas en la década de los años setenta. Se discute aún acerca de las fechas exactas que definen a esta generación, sin embargo, suelen considerarse rangos que van de 1963 a 1978 o de 1961 a 1980. También se ha definido como la Generación X, a las personas que vivieron sus años de adolescencia en la década de los 80, nacidos tras los del baby boom. (Baby boom es una expresión inglesa surgida tras la Segunda Guerra Mundial para definir el periodo de tiempo con un extraordinario número de nacimientos que se dio entre 1946 y 1964)
La generación Y, es la sucesora de la generación X. Incluye a las personas nacidas a partir de 1982. El término hace referencia a quienes nacieron entre 1984 y 1994, aunque finalmente se extendió esa categoría para abarcar desde principios de los 80 hasta el año 2000. A partir de entonces surge la siguiente y actual generación.Si bien las Generaciones X y Y, distinguieron a los sujetos por cierta crisis identitaria como consecuencia de la exclusión social, entre otros factores, a su vez producto del desplazamiento del hombre por la máquina y más tarde por el sistema de circuitos integrados o chips, la Generación Z_ space recupera o construye identidades a través de una compulsiva producción de sentido, en base a herramientas que evitan el contacto físico entre los interlocutores.
Las comunidades establecidas por sus propios componentes quienes a su vez operan el diseño de nuevos códigos, claves de acceso, además de ciertas reglas que se definen por el uso de un lenguaje común que es propio del space, proliferan aumentando al mismo tiempo el número de “conectados“.
Los iniciadores de la Generación Z _ space se comunican entre sí como jamás lo hizo generación alguna en la humanidad, gracias a las posibilidades cibernéticas y las variadas formas de comunicación por medio de instrumentos electrónicos que transmiten imagen, texto y sonido de manera simultánea o por separado.
Conviven, muchas veces sin llegar a conocerse, durante largos periodos de tiempo en los que narran historias cotidianas, que trivializan auxiliándose de aditamentos que producen ruidos como zumbidos, entre otros elementos que se pueden interpretar conforme a las claves lingüísticas acordadas a través de los innumerables intercambios. Ahí, en esa atmósfera, se desenvuelven, socializando ideas y sensaciones, sin que nada obstruya la confiabilidad de la comunicación (grupal o reducida a dos personas) voluntaria, espontánea, que se da cotidianamente en los distintos ámbitos socioculturales donde se tiene acceso a la comunicación con recursos comunicacionales cibernéticos u otros. Además, a una conveniente distancia de los otros o “lo otro“, “extraño” “ajeno” y por tanto potencialmente peligroso. Toda una liberación de los miedos propios de quienes se desenvuelven en los confinamientos de la realidad.
Metro flog´s, blogs, chats, cuentas personales, mensajes de texto vía telefónica, memorias de gran capacidad de almacenamiento, reproductores de audio y video, entre otros implementos que han dado lugar a un mega mercado tecnológico a nivel global, facilitan la expansión y sofisticación de los grupos pertenecientes a la Generación Z_ space, cuyo futuro es de por sí incierto, al verse inmersos en un mundo cada día más polarizado ideológicamente, donde la tecnología no ha logrado equilibrar distancias socioculturales, sino más bien lo contrario; ha contribuido a reforzar las placas que separan ricos y pobres, especialmente concebidas para alejar a los desplazados o excluidos, los indeseables. Acerca de ello, el sociólogo de orígen polaco Zygmunt Bauman reflexiona y comenta lo siguiente: “Para decirlo en una frase: lejos de homogeneizar la condición humana, la anulación tecnológica de las distancias de tiempo y espacio tiende a polarizarla".
El space o espacio virtual, absorbe un número importante de horas del tiempo de los jóvenes que se ubican más cómodamente ahí que desenvolviéndose en contacto con lo que se vive en el exterior.
Las pantallas de múltiples estilos y tamaños reciben mucho más atención que cualquier otra cosa, incluyendo la convivencia con círculos de amistades o familiares, no se diga tareas escolares.
Inclusive las famosas búsquedas para auxiliarse en trabajos solicitados por los maestros, dan lugar en ocasiones a una especie de malabarismo visual de páginas electrónicas, virtualmente intercaladas, que hacen posible manejar a discreción trasfondos de recuadros donde suelen sostenerse más de dos conversaciones a la vez. Pláticas múltiples que seguramente les provocan la sensación de que el tiempo transcurre tan de prisa que no alcanza para cumplimentar los trabajos y compromisos asumidos que dejan de ser atractivos ante la experiencia de navegar en el ciberespacio.
"Esta vivencia del poder sin territorio -la combinación, tan misteriosa como sobrecogedora, de lo etéreo con lo omnipotente, la ausencia de cuerpo físico y el poder de formar la realidad- queda registrada en el conocido elogio de la “nueva libertad” corporizada en el “ciberespacio” sustentado en la electrónica". (Bauman, 2004)
Los estudios sobre producción, impactos y audiencias de los medios de comunicación masiva tradicionales, que abarcan desde posturas apologéticas hasta amplias teorías críticas, ahora tienen nuevo material para ahondar investigaciones en esta otra etapa que ve surgir conciencias cuya característica principal es el aislamiento físico, la falta de contacto con sujetos y objetos reales, tridimensionales, para sustituirlos por las cada día más perfeccionadas imágenes y sonidos virtuales. El nuevo “paraíso” que señala en su analogía Margaret Wertheim:
"Así como los primeros cristianos visualizaban el paraíso como un reino ideal más allá de la decadencia y el caos del mundo material - una desintegración palpable en el imperio que se derrumba a su alrededor-. En esta época de desintegración social y ambiental los proselitistas del ciberespacio presentan su dominio como un ideal que está “más allá” y “por encima” del mundo material. Así como los primeros cristianos presentaban al paraíso como un reino en el cual el alma humana se liberaría de las debilidades y los defectos de la carne, los campeones del ciberespacio lo aclaman como un lugar donde el yo será libre de las limitaciones de la encarnación física". (Wertheim, citada por Bauman, 2004)
Estos nuevos comunicadores que son el medio, el mensaje y la audiencia a la vez, constituyen un número creciente de colonias en red que operan su propia realidad, dotada de escenografía y personajes, donde la trama juega un papel de carácter efímero. Es un aislamiento que no solamente se conciente sino que inclusive es dotado de instrumentos que le confieren barreras de seguridad a prueba del acoso externo.
Sin embargo, el paraíso demanda que se trasmute la realidad a su territorio para influir cada vez más en ambas territorialidades: el espacio material, reducido a “un mero terreno físico” y su dominio omnipresente en la virtualidad.
"En el ciberespacio los cuerpos no tienen influencia… aunque aquél tiene una influencia decisiva e irrevocable sobre los cuerpos (…) Ahora que el poder de dictar fallos está firmemente en manos del ciberespacio, los poderosos no necesitan cuerpos potentes ni armas materiales; a diferencia de antes, no necesitan vínculos con su medio terrenal para afirmar, asentar o manifestar su poder. Lo que necesitan es estar aislados de la localidad, que al ser despojada de un significado social transplantado al ciberespacio, ha quedado reducida a un mero terreno “físico”. También necesitan la seguridad de ese aislamiento: una condición “extravecinal”, inmunidad de las intromisiones locales, un aislamiento infalible, invulnerable, traducido en la “seguridad” de las personas, sus hogares y lugares de juego". (Bauman, 2004)
Guiados cada día más por autopistas virtuales que por la ruta del contacto directo con tutores o docentes, los bisoños cibernautas son un mundo generacional aparte:
La Generación Z_ space, nos da señales nítidas de cómo serán las nuevas relaciones de poder y dominio en el siglo del cual vivimos ya casi la primera década.
La inexistencia de la distancia borra inexorablemente los linderos territoriales, por lo que las disputas por espacios geográficos dará lugar paulatinamente a la lucha por el espacio virtual, ya se entrenan los primeros gladiadores internautas: los de la Generación Z_ space.



Bibliografía:

Bauman Zygmunt (2004) La globalización. Cosecuencias humanas. FCE. méxico. Pp 28,29.

jueves, 11 de diciembre de 2008

2009, 2010, dos años cruciales

Un gobierno que diseña y aplica su política económica únicamente en base a lo que señalan los mercados, queda en automático sujeto a ellos. Por ende, si los mercados sucumben la economía naufraga y en consecuencia la viabilidad del gobierno corre el mismo riesgo.
Eso es lo que sucede ahora en México y quizá no sea el único caso en el orbe según el impacto global del fenómeno, cuyas manifestaciones van en aumento. La semana pasada decenas de obreros, en su mayoría mexicanos y latinos, tomaron las instalaciones de la empresa que les empleaba (Republic Windows and Doors) en Chicago, al declararse ésta en quiebra debido a la suspensión de su línea crediticia por parte de Bank of America. El gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, (coincidentemente detenido horas más tarde acusado de corrupción) ordenó que las dependencias del Estado suspendieran todo negocio con Bank of América, institución que acaba de recibir como rescate una inyección de 25 millones de dólares provenientes de fondos públicos. Hasta ahora los banqueros se han negado a restituir el crédito, argumentando ser ajenos a las responsabilidades y decisiones de Republic, como si el Estado lo hubiera sido de las decisiones de la administración del banco rescatado.
La situación se ha vuelto emblemática y hasta motivo de controversia social; se han unido en apoyo gremios sindicales y figuras de peso político como el senador Dick Durbin, los representantes federales Luis Gutiérrez, Jan Schakowksy, y el reverendo Jesse Jackson. De hecho, hay un número creciente de firmas que se encuentran muy cercanas de verse envueltas en la vorágine de la banca rota. Como si fuera una reacción en cadena en ambas fronteras, compañías armadoras, editoras, comercializadoras, entre otras, anuncian cierres. La epidemia ataca con fuerza y se extiende, por lo que una vez más se pone en duda la capacidad del gobierno de Felipe Calderón para seguir al frente de las instituciones de México.
A partir de la declaración que él hace donde afirma reconocer “las primeras señales de una recesión generalizada global”, podemos advertir la lentitud de los reflejos o el afán de seguir creando optimismo ficticio en base a la propaganda mediática. Después de varias semanas de estrepitosos “cracs” que retumban en casi toda la economía planetaria, podemos suponer una falta absoluta de proyecto económico local, que pudiera proteger el ingreso y el empleo.
La abrupta caída de los precios internacionales del petróleo, aunada a la crisis especulativa bursátil que arrastra la economía estadounidense, sin que todavía se advierta algo que la pudiera frenar, son razones contundentes que no dejan lugar a dudas: se avecina una recesión económica sin precedente en México, como si fuera poca cosa la inestabilidad provocada, sobre todo por la incapacidad para revertir el efecto inercial de la descomposición del sistema en todos los órdenes de lo económico, político y social.
El presidente recién advierte las señales o las había percibido y trató de ocultarlas -lo cual sería suficiente motivo de un juicio por falsear información vital- en tanto que cierran más de mil firmas en un año, provocando la desaparición de 189 mil empleos.
El que no miente es el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) , Miguel Marón Manzur, quien da a conocer algunos datos que advierten un colapso generalizado: En el sector manufacturero se perdieron 64 mil empleos este año y dejaron de crearse 225 mil. En toda la industria se generarán solamente 150 mil plazas en 2009, el equivalente al 12.5 por ciento de las que se requieren en un año.
Sin una base social legítima, ni resultados que restablezcan algo de credibilidad, el gobierno ha mermado su apoyo. La delincuencia desatada, totalmente fuera de control penetró las instituciones hasta la médula: las hizo híbridas inyectándoles dinero y colaboradores. El hampa se encarga de precipitar la fragmentación y derrumbe del régimen, a menos que sucedan otras cosas, por ejemplo: acogerse a una junta de gobierno manejada desde Washington a través de militares y civiles de probada incondicionalidad hacia la Casa Blanca. Todo ello bajo el resguardo de las armas.
Así, el descontento popular contenido, tendería a amainar conforme a la recuperación de los mercados que, de no darse en el corto plazo, daría lugar a movimientos civiles incontrolables y desenfrenados que tendrían que ser reprimidos por fuerzas mixtas.
Por su parte la fuga de capitales conjuntamente acelera el proceso que impactará más crudamente, como siempre, en las clases de niveles económicamente bajos
Qué tan distantes nos encontramos de estos escenarios, no mucho, de acuerdo a los indicadores económicos y la incapacidad del gobierno para dar respuestas.
La dinámica electoral más próxima (2009), puede operar en dos sentidos; dar cauce legal y pacífico a los cambios de representantes conforme a los resultados de los comicios, lo cual ayudaría a distender el clima social o bien, llegar a ser el factor decisivo para un cisma generalizado.
Cualquier actitud, discurso o “acuerdo cupular”, que recuerde los delitos y trampas electorales de 2006, aplicados en contra de López Obrador, desataría en cuestión de horas una protesta masiva que pudiera paralizar el país. Dos mil nueve es un año de pronóstico difícil, por donde se lo vea.
Una derrota electoral en la intermedia significaría para el régimen su final anticipado, prácticamente no tendría más que hacer en el resto del sexenio que no fuera continuar con el desgaste, que ya parece pago de penitencias. De ahí que la tentación de poner en marcha todo el aparato del Estado para asegurarse la permanencia en el poder, sea mayúscula.
Apuesto pesos contra tostones que nuevamente AMLO será el factor central de la elección. Lo que suceda con la militancia del PRD, de aquí a entonces, será decisivo para el acomodo o desacomodo de fuerzas. Hay indicadores de una escisión masiva en la recta final o en cuanto pase el proceso (para alcanzar a acomodar cuadros) que dejaría a la llamada corriente chucha disminuida hasta la inanición. Con esa maniobra el lopezobradorismo recobraría fuerzas para prolongar la campaña hacia 2012, obviamente con el líder a la cabeza, con otra coalición y quizá un nuevo partido. En ese tenor, lo seguidores del tabasqueño tienen muy presente una misión fundamental: cuidar celosamente la totalidad de las casillas.
Realmente sería un futuro inmediato bastante positivo si llegaran a darse las cosas tan fácilmente como se menciona. Uno no deja de ser optimista, sin embargo, los acontecimientos cotidianos obligan a ver las cosas con más cautela y menos emoción.
La preguntas obligadas son en varios sentidos: qué tanto puede durar el clima relativamente estable que todavía permite que llevemos a cabo nuestras actividades. En ello el flujo del dinero juega un papel determinante. Cuánto más durará la relativa paz social. Qué harán las multitudes desesperadas, empujadas por el hambre y la carencia de todo. Hasta dónde llegará el crimen organizado. Qué o quién detendrá la fuga de dinero hacia el exterior. ¿Hay una trama diseñada, dirigida, detrás de todo esto?
En el supuesto caso del triunfo del movimiento de la izquierda que apoya a AMLO, ¿qué va a suceder con el narcotráfico, los cárteles y todo lo que está implicado y conduce directamente al sur y al norte? ¿Reducirá paulatinamente el narcopoder en base a la fuerza del Estado, políticas y programas coherentes, sin llegar a provocar sus instintos criminales? En la medida en que una sociedad se vuelve socialista se alejan las plagas como el horror del crimen organizado que tiene en el neoliberalismo su verdadero paraíso. Este es todo un tema.
2010 es simbólico y puede haber grupos preparándose para esa fecha. Esto es una simple suposición, sin embargo se sostiene por el número creciente de incertidumbre y violencia. Perder la seguridad significa para la población que existen razones de peso para apoyar el uso de la fuerza, lo cual en manos de un régimen que ha perdido la brújula, que no construyó ningún liderazgo y lo peor; desconocido por sectores sociales que son básicos para cualquier gobierno, se vuelve pólvora con estopa.
No puede haber buenos augurios para un país con su economía arrastrándose por los suelos, elevando cada minuto el número de pobres y enfermos sin atención, manteniendo los más retrasados niveles educativos que se dan en el mundo y por si fuera poco el peso del subdesarrollo, manteniendo una costosa e inútil clase política parasitaria, capaz de endosar y comprometer el presente y el futuro de las generaciones de ciudadanos, con tal de vivir del poder. Un abanico de partidos dominado por dos institutos (el tercero está convaleciente) que medran con el presupuesto y el favor de los medios de comunicación anodinos e igualmente corruptos, ahora también lucran con los capitales de las trasnacionales que les sobornan.
Ni qué bueno esperar de algo que controlan las mafias del dinero y las mafias de toda especialidad que abundan en el país; desde los cárteles, hasta los grupos de políticos y empresarios, funcionarios, burócratas, sindicatos y el propio clero henchido de privilegios, aprovechando el libre albedrío para apropiarse de las conciencias y acrecentar los ríos de dinero que fluyen hacia Roma, después de costear toda clase de lujos para los altos prelados.
El sistema social, político, económico, educativo, asistencial, con todo y el aparato en los distintos niveles, desde el federal hasta los ejidos y comunidades agrarias, se halla completamente podrido; salvo uno que otro tejido, algunos grupos de células que luchan con todo denuedo por sobrevivir, el resto se ahoga en su propio detritus.
Es que, gobiernan, deciden, ordenan, los más rapaces, en lugar de hacerlo los más capaces. Por lo que espero que 2010 sea año ciudadano y no patriotero orquestado por el cartel de los pinos y sus sucursales en los estados de la República. Es la única manera de conseguir la estabilidad necesaria que nos pondría nuevamente en el progreso.

martes, 9 de diciembre de 2008

Feria Internacional del Libro de Guadalajara

Transcurrieron los nueve días de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, por lo que cabe hacer algunos comentarios después de veintidós ediciones.
Comenzó en 1987, como lo que es: una feria de libros con la presencia de editoriales y profesionales relacionados con este objeto imprescindible de la memoria humana. Al paso del tiempo, la feria de Guadalajara es probablemente el lugar que más personas reúne en el mundo con el pretexto de los textos. Además, confiere a sus organizadores la categoría de anfitriones de personalidades relevantes en diferentes campos. Ellos se codean con luminarias de ámbitos políticos, artísticos, intelectuales, periodísticos, entre otros. Sus relaciones cada día aumentan en importancia y número, siendo la feria un destino de convergencia editorial de unas cuarenta naciones del orbe.
Feria del libro, fiesta cultural o encuentro global.
El fenómeno cultural y comercial que cada año tiene lugar en la segunda ciudad más importante de México, es en realidad varias cosas a la vez, por lo que reúne verdaderos contingentes de visitantes de la más variada condición en cuanto a edades, ocupaciones y perfil sociocultural.
Se ven, en sus treinta mil metros cuadrados, lo mismo ejecutivos de las grandes firmas editoriales que artistas del momento o glorias pasadas. Los autores de libros se confunden con la gente que los hojea y compra. Surgen de pronto personalidades acompañadas de séquitos de admiradores y hasta guardaespaldas, no se diga los políticos que gustan tanto de llamar la atención cual estrellas de la Tv o el cine. Los ríos humanos que recorren los pasillos, de pronto reciben la corriente de la muchachada que acude en busca de una nota de calificación o un rato de relajo, más allá de lo que contengan esos objetos que siempre le han sido tan distantes o ajenos. En medio del barullo y las aglomeraciones, no falta la pareja joven que circula con todo y la carriola del bebé, junto con alguna de las suegras. La Fil es también familiar en el sentido consanguíneo del término.
Es repetitiva en cuanto al formato que comienza, como toda fiesta, con un acto inaugural después del cual sigue, en cada edición, la entrega del premio Fil de Literatura que antes se llamó Juan Rulfo, (por lo que el autor jalisciense fue mucho más conocido y leído. Cosa que extrañamente molestó a la familia que registró como marca el nombre que no pudo registrar en más libros, en fin, la parentela del escritor promovió con todo y juicio, exclusivamente el legal, la retirada del ilustre nombre, para guardarlo probablemente en el arcón de los recuerdos bajo el manto de polvo del olvido). A continuación se corta el listón y el tumulto inunda los pasillos en cuestión de minutos, después de dar paso a una comitiva de ilustres que hacen el recorrido inaugural, rodeados de reporteros que disparan incesantemente sus cámaras.
Fuera del nombre del autor premiado, quien generalmente y para fortuna de las letras contemporáneas, es desconocido, por tanto poco leído por la mayoría de los que leen con regularidad literatura, no hay más novedades relevantes, salvo alguno que otro título de los consagrados.
Precisamente uno de los grandes méritos de este festival de la cultura consiste en haber llevado autores a los lectores y éstos a quienes escriben cosas del mundo de una manera que deja huellas imborrables de las que todos desean al menos una copia. Juan José Arreola, Nicanor Parra o Eliseo Diego, Nélida Piñón, Monsiváis y todos los demás junto con el de ahora: Antonio Lobo Antunes, han sido más leídos y traducidos después del Premio de literatura hispanoamericana y caribeña que promueve cada año la Universidad de Guadalajara en el marco de la Feria Internacional del Libro.
Las figuras y respectivas obras de García Márquez, Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis, son como parte del mobiliario anual que se instala para deleite de varias centenas de miles de visitantes.
Cada año tiene dedicatoria para determinado país o región, lo cual pone el mayor acento entre todos los que lleva en su escritura el evento, al menos esa es la intensión de los organizadores. Gracias a esta estupenda idea, se nos han quedado notas imborrables de la presencia de Brasil, Cuba, Nuevo México o Barcelona, entre otros países y regiones que respondieron a la invitación con fondos editoriales que exhibieron con toda gala de recursos en el marco ferial.
Ahora se dio la excepción con la gris presencia del pabellón o stand italiano que no cubrió la expectativa, según comentarios de los visitantes. Tal vez los europeos consideraron algo muy tropical y ahorraron esfuerzos, se vinieron “en traje cómodo”, toparon con un evento donde circulaba gente de apariencia tan variada, como garante de que sabían lo que buscaba y eso es precisamente libros y todo lo que gira alrededor. A la próxima, dentro de tal vez unos veinte años. Si no es que medio siglo. ¿Seguirá para entonces la feria?
La mayoría de los críticos acérrimos o detractores de la Fil, que circulan información en los medios de comunicación o pasillos, cuestionan el asunto del autofinanciamiento, como si se tratara del rendimiento de cualquier empresa comercial o la plusvalía que representan los bienes raíces. Una sociedad tan poco acostumbrada a percibir los beneficios que se desprenden de los libros, donde se han desenvuelto tanto los periodistas como otros actores que intervienen en la opinión pública, tiende a tasar el valor de lo que ve en términos de costo-beneficio exclusivamente económico, de tal suerte que les es igual el resultado de un partido de las Chivas, en cuanto a las ventas de la taquilla, que un concierto de Maná, la construcción de un centro comercial, la Feria del libro o el Festival de Cine. Todo puede caber en el mismo cazo y me parece que no es el caso. Los gastos en educación, libros, alta cultura o diferente cultura, bellas artes, artes populares, ciencia, investigación, desarrollo tecnológico, debieran ser a fondos perdidos por las altas ganancias que representan para cualquier sociedad urgida de salir de sus atrasos y disfuncionalidad, como la nuestra.
Deben sentirse satisfechos los del comité organizador, la vigésimo segunda edición salió de lujo.