lunes, 29 de junio de 2009

Calderón: más estúpido y peligroso que Fox

Muchos pensamos que como producto de su ignorancia y el carácter impulsivo, Vicente Fox se quedaría con el record del presidente con mayor número de tonterías dichas o hechas en la historia contemporánea de México. Sin embargo, en sólo tres años, ya lo supera el sucesor que resultó torpe a más no poder.
Alguien advirtió antes de que se revelara a sí mismo, que Felipe Calderón es la marioneta ideal por sus limitaciones, producto seguramente de una formación mediocre conforme al modelo inquisitorial de la visión del Yunque o de alguna secta parecida, que son, entre otros, semilleros de los políticos que ha incrustado Acción Nacional en el gobierno. De ahí que se le apoyara con todo el lodazal posible en la sucia campaña y dizque elección que, infelizmente para la mayoría de mexicanos, lo instaló en los Pinos. Es notorio el desafecto de los políticos del PAN que llegan inclusive a presumir, por leer literatura universal o siquiera periódicos, como el antecesor de este señor, que no más no puede, porque no sabe, porque no debiera, gobernar a los mexicanos. De ahí los magros resultados en todos los renglones que ya pusieron al país al borde del colapso total.
Una persona que no se construye a sí misma en forma racionalmente independiente, sino sumergida en los dominios del dogma, no debiera presidir ninguna asociación humana que no sea de su propia ideología, como juntas de padres, sectas, e inclusive institutos políticos de perfil confesional como lo es el PAN. Ir más allá es muy peligroso para la indispensable estabilidad social que solamente puede lograrse en un clima impecablemente laico y democrático.
Obviamente el enorme vacío, las lagunas culturales e intelectuales de esta clase política que de la mano del clero católico, junto con decenas de empresarios vivales, llegó al poder, se tratan de rellenar con ideas hilarantes que destruyen libertades y derechos de las mujeres, así como principios irrenunciables del orden social que se respalda en una constitución laica. El Estado mexicano es esencialmente laico, condición de la cual los dos últimos presidentes y sus colaboradores se burlaron cínicamente.
¿Qué más puede soportar el pueblo mexicano que esta combinación de ignorancia, fanatismo y deshonestidad, como características de la clase política que padecemos?
Por supuesto que los beneficiarios de este gran descontrol social y político que ha significado la fatal alternancia, son los grupos que han llegado a constituir poderes fácticos, como lo son las organizaciones criminales, los monopolios mediáticos, las trasnacionales, que ya se han apropiado de una bastedad enorme de recursos naturales, así como las familias de los políticos que se reparten botines tales como los servicios que deriva el IMSS a particulares recomendados, aunque éstos no cumplan las normas y desencadenen tragedias como la sucedida en la “guardería” sonorense.
Nueve años de gobiernos de esta corriente han precipitado la inconformidad social. Principalmente por la forma errónea, dijera, criminal, con que se ha manejado la economía. No se abandonó el modelo adoptado desde Miguel de la Madrid, e inclusive éste fue implementado más vigorosamente, convirtiendo a México en una de las fábricas de pobres más activas del planeta; un expulsor de mano de obra cuasi esclava y caldo de cultivo para toda clase de delitos.
El Estado ha sucumbido ante el embate de los grupos de interés, sobre todo trasnacional, que han esquilmado la soberanía de las generaciones de mexicanos, ya endeudados de nacimiento con cuarenta mil pesos cada uno, suma que seguramente se multiplicará indefinidamente. Hipotecaron literalmente el bienestar social. Lo condicionaron para unos cuantos, en tanto las mayorías se debaten por sobrevivir en ambientes cada día más deshumanizados a base de ser pasto del mercado y la delincuencia.
México tenía la fama de ser un lugar limpio, de clima envidiable y gente alegre. El país de las oportunidades, tierra de promisión.
Hoy, es poseedor de los peores indicadores mundiales en lo económico, educativo y demás componentes de la calidad de vida. Es un suelo de miedo, terrorismo que no se sabe de dónde proviene, porque la delincuencia se confunde con el aparato institucional: se diluye la legalidad. Los delincuentes llevan uniforme y ahora hasta capuchas. Por si fueran poca cosa estas pesadillas, enfrentamos lo mexicanos un deterioro ambiental desproporcionado e irreversible.
Los dislates que Calderón exhibe cada vez que opina sobre lo que sea, nos permiten conocer más de cerca a un individuo cuyo perfil corresponde al de un sacristán, no el que debiera tener el presidente de la nación. Esta verdadera vocación es la que imprime un sello de sermón a lo que pretende ser discurso de Estado.
México requiere una dirección en primer lugar honesta y patriota, que sería el revés de lo que tenemos: corrupción y entreguismo al capital extranjero.
Es muy difícil en las condiciones mexicanas, lograr la transición pacífica, sobre todo por la fuerza que ejercen los grupos económicamente vinculados con el poder de los países que rigen la economía mundial, principalmente el “socio” EU.
El desmantelamiento del Estado, junto con la infiltración de los intereses trasnacionales, pusieron los componentes esenciales para la descomposición que vivimos y que nos lleva aceleradamente a la violencia del caos. El problema fundamental de esta clase de crisis, es que desembocan en golpes de Estado militaristas o totalitarios, ya sea derechistas o de extrema izquierda. Calderón es la pieza clave de los grupos y el mayor peligro para el bienestar social. Un tonto a la medida. Más aún que Fox.

miércoles, 24 de junio de 2009

Manual para perder una amiga

En mi reciente visita a las librerías del rumbo del Mercado Alcalde, encontré, en la que se ubica por la esquina de Liceo y Reforma, una pila de ejemplares envejecidos y por lo mismo, rebajados de precio. Ahí estaba, desencuadernándose por el constante manoseo, el que alguna vez hojee en una venta de libros usados. No recuerdo cuál fue el motivo por el que no lo adquirí en aquél tiradero, a pesar de habérseme hecho curioso el título: “Historias de desencuentros”, publicado por Ediciones Nebulosa, en 1964.
Al reencontrármelo, no estoy seguro si se trató del mismo ejemplar de aquella vez, pero al menos se veía igual de desgastado, inmediatamente lo aparté. Dediqué también otros cuarenta minutos o quizá un poco más, a la búsqueda y curioseo de lo que había amontonado en los estantes o inclusive sobre el piso. Elegí un tomo de colección con empastado en piel, editado en 1979, de “La Montaña Mágica” de Thomas Mann, una edición especial de “La Feria”, de Juan José Arreola y me alegré por encontrar un ejemplar muy bien conservado del “Gog”, de Giovanni Papini, que publicó La Editora Latino Americana en 1969. Todos ya leídos, a excepción del que se me escapó una vez y de cuyos relatos elegí el que narro a continuación, porque me recordó una situación semejante.
Manual para perder una amiga.
Primero, encuéntrese una, que es como atinarle con un dardo del alma a un diamante lejanísimo, brillando en la inmensidad de la noche eterna del universo.
Las cosas pueden suceder así: ella posiblemente se mude al barrio, con lo que se daría la primera condición del hallazgo repentino, o bien, con mucha suerte, se instaló en un empleo, justo al lado del domicilio paterno, ahora solamente materno, del que la ve caminando entre las jardineras de la calle: La desconocida anda apresurada, concentrada en un ir, por el que no percibe que la siguen ya muy cercanamente. Es grácil, bellamente proporcionada, luce hermosa su cara, la seda negra de su cabello.
El atrevimiento venció las “barreras sociales” para aterrizar con las palabras directamente ante su rostro. “Te invito a la amistad”, diría al principio, una vez contestadas las interrogaciones elementales ¿Qué haces en esa oficina?
Para esto, la incandescencia de la visión alejó la realidad de dos edades muy distintas. Un asunto no menor, que sin embargo ella minimizaba con el dulce ideal que la envolvía: un verano toca una primavera en ciernes e inicia así el paraíso de una de las amistades más sencillamente puras, francamente entrelazadas, que he conocido; diría que un prodigio en el que dos corrientes cristalinas se encuentran para formar un lago con márgenes transparentes. Hasta lo hicimos realidad; mojamos ahí los pies. Un yo y ella, venturosamente atados por los eslabones del tiempo. Ella y mi ser, como la luna recorriendo el espejo de un remanso en la montaña.
Juntos y sin tocarse. Así reposaba la paz de los amigos que fuimos. La sensualidad, frugalmente se detenía al pie del muro de sus condiciones de hembra, que aparta sus propios rincones y momentos; mas ninguna seducción pudo franquear en años las colinas que llevaban a sus mantos subterráneos. Era otro mar el que nos mojaba, no el de Venus. Aún así temblaba a veces, cuando me acercaba hasta su cuello y lo besaba.
La estremecía mi palabra que por años le hablaba, en ocasiones en forma de poema, para que fuera más resistente ese abrazo que pensaba duradero. Le di a entender constantemente que si mi razón concebía acertadamente la gloria, esta concepción sería pasar a otra forma de estar, que además de unir el pensamiento, nos dejara saber lo que cubrimos de nuestros cuerpos, más lo que éstos juntos en regocijada fiesta, llegaran a sacar de nuestras almas.
Jamás aceptaba. Molesto, me transfiguraba, triste, me apaciguaba y, finalmente, la ternura de sus arrebatos renovaba mis latidos.
Amistad a la medida de la mujer que la necesita como la mariposa al sol, igual que el árbol que protege al ave. Así, se refugiaba ella en el follaje de mis sueños florecidos, en las ramas de mis realidades maduradas al paso de los años: lo que pude construir con las ideas y las manos.
Estaba delante de mis pensamientos. Me visitaba en sueños; ahí, es donde tocaba la corriente de mi río y se bañaba.
Ya que ha transcurrido al menos una década, la amistad, el lazo, la relación, lo que sea que une el corazón con otro semejante, adquiere las dimensiones del centro de una galaxia con miles de pensamientos, acaso sentimientos, en órbita, que giran alrededor en espiral. Esta es la regla del universo: las vibraciones de las almas que se juntan en armonía, suplen la mano de Dios, con su permiso, para reproducir con torrentes de amor los mundos.
Ella y yo teníamos uno de esos mundos que era propio, a imagen y semejanza de nuestros pensamientos, deseos, esperanzas, certezas y una que otra ilusión. Juntos le dábamos vida a cada estrella o átomo. Pasaba el tiempo o el registro del tiempo en nuestras vidas que era estar el uno en el pensamiento del otro. Como he dicho: solamente como compañía no como complemento.
La lección más amarga que enfrenté todavía me persigue. Llevo en mi, un ser que me destruye. Cuando más cerca me encuentro de la cumbre –le pude arrancar finalmente a ella una esperanza carnal- mi pie resbala, flaqueo, me caigo al abismo.
Jadeante lloro en el suelo, para bien o para mal, medio vivo. Atenté una vez más contra mis tesoros, volví a maltratar lo más mío. Recapacito, trato de entender por qué me sucede. Ahogado en un océano de tristeza me abandona el paraíso de mi amiga, porque llamé la tempestad.
Bastaron unas horas de desconsuelo, una depresión que me caló hondo. Justo en ese estado fui a buscarla, la encontré, impregnada del más delicioso perfume, pero el destino del aroma estaba en otro viento. No era yo oportuno. Mi ofuscación apenas percibió alrededor de sus ojos que había llorado, sin embargo su altivez me invitaba a retirarme, algo sucedía.
Unos días antes, me contestó un mensaje en forma extraña: estaba ella en un vacío, algo muy lejano, tal vez en la parte oscura o solitaria de un mundo. No supe qué pasaba en sus noches y días, no lo decía.
Me dejó así, con dolor me retiré, a poco la vi con un hombre mayor que yo, que ya es mucho decir. Me pasaron cerca en un vehículo, ella me regaló una sonrisa de verdad. Se marcharon, seguí a pie, crucé la avenida.
Fue entonces que llegó el demonio que se apoderó de mi suerte. Con la tecnología a la mano, - nunca me cansaré de arrepentirme del mal uso que le di- puse un texto vago, vacuo –me lo dictó vilmente el diablo de los celos- le di un terrible sentido a unas infortunadas ideas que daban cuenta burdamente que me desencantaba de ella, que mi ilusión se hizo trizas, que me invadió la decepción porque se fue con alguien que me superó en edad y quizá en condición, le dije, ¿por qué? ay, Dios mío, una forma de adiós.
Inmediatamente me contestó. Removí quizá un resentimiento que acaso no estaba predestinado a mi persona. Oí crujir la rama del árbol donde se apoyaba, se cimbró la sombra que la refrescaba, la derribó con ira de mujer dolida. Me llamó desconocido.
Imagino todo lo que le di, enterrado en el basurero; las cartas convertidas en polvo o ceniza. Así ha de intentar con los recuerdos; ha de querer sepultarlos en el olvido más oscuro. Todo por tres o cuatro palabras infames, a través de un instrumento absurdo que no permite asomar la cara para ver si miente lo dicho con palabras.
Desde luego que acudí a pedir perdón. Se me quebraba la voz, me desgarraba por dentro. Fueron instantes pesados como plomos en la espalda. El tiempo se detenía, los años se estrellaban, con todo y certidumbre de poesías o flores. Altiva, me sacó de su vista, de su vida, si es que dentro me tenía.
Hoy, abatido, arrepentido de haberle enviado esa infamia, que en realidad no fue tanto, sino un desahogo maldecido por el infortunio que me cargo, aconsejo a los que tengan una amiga, que cuando se enamoren de ella y violenten así el pacto de amistad, no vayan a dejar escapar los remolinos rabiosos de la furia a través de un vil mensaje. No dañen la rosa espléndida de una mañana, con el aliento acre de los impulsos.
Ni siquiera me dio oportunidad de hacer mi defensa como corresponde a todo acusado. Me dictó sentencia implacable, me ubicó en el calabozo más infame, según el desdén de su mirada y de su voz. Hasta me hizo dudar si en verdad me quería o simplemente, como todo humano, tomaba para sí sólo lo bueno que mi afán deslumbrado le ofrecía.
Ya no la tengo, la perdí, cuánto la quise, todavía la quiero, aún si me odiara, ella es parte de mi destino, está aquí, como una flor que se marchita en el llano solitario de mi vida.

martes, 23 de junio de 2009

La materia prima mexicana

¿Quiénes integran los partidos y los órganos de gobierno?

Pues si nos vamos a fondo la verdadera causa del desastre tan ampliamente referido somos los ciudadanos. Los partidos no son operados por robots, aliens u otra clase de individuos, sino por mexicanos de carne y hueso, que además son tapatíos o jaliscienses por adopción o nacimiento, en el caso que nos ocupa, o sea, el ámbito local.
¿Es totalmente inocente ese ciudadano tan disputado, defendido retóricamente hasta la apoteosis, por los políticos de todas las pintas? ¿Se puede defender a capa y espada su rectitud, su calidad de ciudadano?
Volteo al rededor y veo barbarie en lugar de ciudadanía. ¿Puede alguien cuya conducta antisocial lo caracteriza, exigir algo de los demás, en este caso de los gobernantes o representantes, que finalmente están hechos de lo mismo?
La indiferencia de la gente, ¿merece que se le dedique tanto en su defensa, como si en verdad estuviera siquiera enterada de la realidad social en los rubros más importantes?
¿Cuál es la materia prima que surte a los partidos, acaso son extranjeros?
Se trata de sujetos de aquí mismo, por tanto esa gente es la que forma el personal de los partidos, de la administración pública, iniciativa privada y toda la sociedad. No entiendo por qué se espera que, viniendo del mismo caldo de cultivo, quienes ascienden a algún cargo han de comportarse de manera distinta a lo que esencialmente son. ¿Tienen la culpa las insignias o símbolos partidistas o membretes oficiales de la crisis en todos los órdenes de la sociedad?
El egoísmo, la autocomplacencia, la falta de ética y compromiso, la búsqueda continua de formas para eludir responsabilidades ¿son solamente vicios de las organizaciones políticas y de sus componentes? ¿Se trata de defectos exclusivos de los que se dedican a la política o igual se manifiestan en un gran número de ciudadanos que tal vez sean mayoría, como los abstencionistas en las votaciones próximas?

Caray, es muy buen desahogo ir contra las siglas, pero ¿quién se ocupa de los que viven del fraude o de la explotación de menores o mujeres, de los miles de “machos” que tienen infiernos particulares en sus propios hogares, de los comerciantes abusivos, de los profesionistas charlatanes, de los que tiran basura donde sea, de los que se roban los servicios, de los que molestan a los vecinos con su modo de vida ruidoso y cínico? ¿Los que van en el auto a 100 km en zonas céntricas o densamente pobladas, los que grafitean, los que joden a las víctimas más débiles, los que en lugar de generar fuentes de trabajo juegan su dinero en casinos, los que especulan, los que mienten, los que se meten en la fila, los que arrojan el automóvil para ir adelante?
Muchos exigen que pase la basura por su casa pero tienen su azotea y su mente como un muladar. ¿Quién se va a plantar árboles en su colonia o dedica unas horas a enseñar a adultos a leer, escribir o usar una computadora? ¿Somos solidarios, justos, democráticos, honestos, como para tener un orden social mejor? si lo fuéramos lo tendríamos, seguro.
El cambio social no va a llegar de arriba o del extranjero, sino que será a largo plazo y con nuevas instituciones formadas por la gente que se decida a tratar de ser, junto con los demás, mejores ciudadanos. ¿Cómo? Con escuelas, centros de enseñanza y cultura ciudadana.
Es posible que sea necesario organizar centros cívicos para integrar personas de toda edad en condiciones de pensar y aprender, con la finalidad de formar las primeras generaciones del cambio.
No es conveniente en ningún sentido esperar a que los poderosos consideren que llegó la hora de la justicia. Esto jamás sucederá. Igualmente es iluso pensar que a base de procesos electorales se logre colocar la gente idónea para llevar la conducción del país y mucho más inocente es pensar que las razones de los más necesitados van a ser una prioridad en el rumbo donde nos encontramos, a menos que se haga que lo sean por medio de una revolución armada, que finalmente estaría en riesgo de repetir los errores que se cometieron a partir de 1910.
2010 ya está próximo ¿Por cuál vía es más conveniente hacer la revolución? ¿Armas o razones y palabras? ¿Justicia y legalidad o violencia? Depende de lo que seamos en esencia: barbarie o ciudadanía. ¿Qué se impone en México según lo que vemos todos los días?

viernes, 19 de junio de 2009

Después del abstencionismo y la anulación del voto ¿qué sigue?



Muchos politólogos, analistas, periodistas e interesados, nos hacemos conjeturas sobre el día seis de julio: un día después de las próximas elecciones que serán el cinco ¿qué pasará a partir de ahí?
El fantasma del sesenta por ciento del abstencionismo junto al otro espectro que representa a los anuladores voluntarios de su voto, ronda el proceso electivo a escasos nueve años de la alternancia y dos semanas de los siguientes comicios. El bajísimo porcentaje de ciudadanos que decidirán la elección, se divide entre los que se mantienen en apoyo a su partido, aunque solamente ofrezca resultados deplorables, (ninguno ha dado buenos) y los que van a ir, una vez más, con esperanza de que algo cambie, para que sea menos peor la vida en su entorno. Éstos buscarán alguna opción menos contaminada entre las pocas que hay.
Será una gran mayoría de mexicanos que estarán fuera de la representación partidista, sin menoscabo de su condición ciudadana, por dos razones básicamente: reclamo a lo que les han hecho: tanto engaño ruinoso durante tantos años y también para tratar de frenar ese festín de la vileza que ya nos exhibe en el mundo entre las peores naciones: nuestros indicadores semejan los de países africanos eternamente explotados, empobrecidos y enfrentados en guerras civiles. México, ¿miserable? La verdad es que así lo han dejado.
Los ciudadanos dicen: basta. Se acabó la ramplona politiquería con su juego sucio, que convirtió las instituciones en chiqueros y vamos a limpiar este país, comenzando por poner en su lugar a la clase política, con todo y sus membretes, tinglados y recursos mediáticos. Bueno, ese es el mensaje de la boleta depositada en la urna con algún símbolo o consigna. Los escrutiñadores las pondrán por un lado sin tomarlas en cuenta para el conteo final, dejando únicamente aquellas que sí llevan una cruz o tache sobre el nombre de un candidato.
En las actas es donde se reflejará el faltante de votos emitidos con relación al número de empadronados. Se prevé que las cifras serán apabullantemente desfavorables a las causas partidistas y la duda que sostienen y enuncian los que promueven votar por quien sea, consiste en saber a ciencia cierta si la parte que gobierna sale beneficiada de ello al contabilizarse una cifra de votos que les garantizan seguir. ¿Cómo sería esto? Pues simplemente se dividen los pocos votos que se recogieron de las urnas entre los partidos y listo.
A menos que esa abrumadora mayoría de abstencionistas o anuladores sean en realidad esa fuerza numérica y mantengan cierta organización, emprendan alguna o varias acciones que invaliden las elecciones y entonces sí: comenzó nuevamente un pie de la historia a caminar.
El asunto electivo iraní nos avisa tal vez que algo semejante pudiera replicarse en nuestras latitudes. Creo que para allá vamos, así que estemos preparados y sobre todo, atentos a no alterar el espíritu pacifista de la lucha civil. Algo difícil, sumamente delicado, porque el Estado vela armas.
Entonces, ¿qué hará la sociedad? es lo que nos preguntamos quienes vivimos días de inquietud. ¿Se lanzará a las calles cuando vea a los que toman posesión de los cargos con una sonrisa porque los llevaron ahí unos cuantos y de todas formas van a comenzar o continuar su camino ascendente al paraíso de los privilegios? O, ¿va a seguir la gente resignada, indiferente o permisiva con tanta desgracia?
Los que no voten van a estar más que molestos y con razón. Entonces el sistema ya no tendrá esta válvula de escape y la fuerza contenida, sin cauces para manifestarse políticamente, se irá a la toma del poder por donde encuentre el hueco. Adiós vicios de tantas décadas.
Ojalá haya solidaridad y asistan los contingentes suficientes para desalentar la masacre que sería la única respuesta del gobierno en virtud de su nivel de incompetencia y ofuscación. Si se logra el nuevo pacto social por vía de una movilización de gran calado histórico, no tan sólo evitaremos el sufrimiento sanguinario de la guerra civil, sino sembraríamos nuevas bases para verdaderamente prosperar en todos los órdenes. Urge hacer, construir desde los cimientos, una nueva estructura constitucional con los requerimientos de la nueva época.
Lo que suceda a partir del cinco y seis de julio será determinante.

viernes, 5 de junio de 2009

Otra posible causa de la desaparición del avión de Air France

El impacto de un meteorito o el choque con algún fragmento o “basura” espacial que se precipitó hacia el mar, pueden ser considerados como posibles causas de la tragedia del vuelo AF 447.

El misterio que continúa en torno a lo que hizo desaparecer el avión que cubría la ruta Río de Janeiro-París, obliga a pensar en toda la gama de posibles causas que pudieron haberlo provocado. Inclusive el gobierno francés, por alguna razón, se pronuncia por no descartar un atentado para explicar lo sucedido. No hay pruebas presentadas hasta ahora, ni tampoco se ha hablado de algún indicio en ese sentido.

Tampoco deben dejarse totalmente abandonadas las suposiciones de que la aeronave haya sido víctima del impacto con algún objeto de gran tamaño que además llevaba una extraordinaria velocidad como para llevarse en su caída lo que hubiera quedado del aparato después de una terrible explosión.

Naturalmente que estamos hablando de una posibilidad demasiado fortuita pero absolutamente posible, según lo que hallé publicado en una plataforma virtual de información.

Entre los párrafos se comenta que en febrero de 2007 un meteorito estuvo a punto de impactar un avión sobre el Océano Pacífico. Una gran bola de luz casi impacta a un avión LAN en ruta de Santiago de Chile a Nueva Zelandia. Entre los pasajeros se encontraba el famoso grupo musical Pet Shop Boys, quienes observaron junto a todos a bordo este monstruoso objeto que venía del cielo. A continuación la nota textual y la fuente:
Bola de Fuego Impacta en Perú, otra en Colombia y en el Pacífico 750) this.width=750" border=0 v:shapes="imagen">Imagen agencia AFP del cráter Testigos dicen haber visto una bola de fuego, la que creyeron era un avión en llamas. Vecinos que se acercaron al lugar del impacto para ayudar a presuntos heridos dijeron sentirse muy mal. Más tarde llegaron al sitio equipos de rescate y expertos. Siete policías debieron ser internados en un centro asistencial por falta de oxígeno y deshidratación. Alcalde de Desaguadero, Carancas en Perú, Néstor Quispe, confirma que hay muchos residentes afectados, y que unas 600 personas han recibido atención médica luego de que un objeto celeste, probablemente un meteorito, cayera a tierra en la región andina cerca de la frontera con Bolivia. Quispe detalló que "hay un cráter de alrededor de 30 metros de diámetro y seis de profundidad. Su acceso se ha cerrado a la gente. El cráter se inundó de agua". "Un montón de personas del pueblo de Carancas se han enfermado, tienen dolores de cabeza, problemas en sus ojos, piel irritada, náuseas y vómitos. Creo que también hay un cierto temor psicológico en la comunidad de Carancas". "Probablemente mañana (miércoles), como alcalde, iré al lugar y pediré a la gente que no se acerque al sitio y que prevengan a sus animales de acercarse. No queremos más daños", dijo Quispe. 750) this.width=750" border=0 v:shapes="_x0000_i1026">Meteorito impacta en Noruega, 07 Junio 2006 Terror por enfermedad biológica extraterrestre Todo empezó cuando el sábado se descubrió el enorme cráter en las cercanías de la población, y los lugareños afirman que fue por el impacto de un meteorito. Desde entonces, aseguran que los olores nauseabundos que emanan del sitio han provocado jaquecas, náuseas y diarrea en más de 600 personas del lugar. Algunos sostienen, incluso, que el impacto ha provocado un cambio climático a pequeña escala: "El clima ha cambiado, el frío subió y el viento está muy fuerte. Debe ser el meteorito que cayó", dijo un vecino. Un grupo de científicos de la Universidad Nacional de San Agustín de Lima partió hacia la zona del cráter. Este equipo recogerá muestras del objeto no identificado que provocó el cráter, para examinarlas luego en Lima. Opiniones preliminares de expertos bolivianos indican que se trataría tan solo de un meteorito. Ruido atronador y animales inapetentes Algunos vecinos de Carancas, perteneciente al departamento de Puno, escucharon ruidos de explosión a la hora del mediodía. La Dirección Regional de Salud ha enviado una brigada de especialistas para atender a los afectados y se ha cercado la zona; pero a pesar del pánico, expertos sostienen que se trataría de un fenómeno inofensivo. Marco Limachi, secretario del municipio de Desaguadero, dijo: "Empezó a salir agua hirviendo del hueco, y hay rocas y cenizas alrededor. Los vecinos están conmocionados". Y agregó, "Los animales no están comiendo y algunas personas presentan cierta tartamudez, al parecer, por el susto y preocupación". 750) this.width=750" border=0 v:shapes="_x0000_i1027">Otra bola de fuego en Colombia La explosión del impacto se escuchó en 12 municipios de la región del Valle de Cauca. Robinson Muñoz, uno de los testigos describió el momento así: "Fue tan fuerte que hizo temblar la tierra y no sabemos que fue lo que ocurrió". Las autoridades iniciaron una investigación para determinar cuál fue el motivo de la violenta explosión. Hasta ahora no se sabe qué ocurrió, no había ningún aviso por caída de algún desecho espacial y tampoco de la pérdida de algún avión militar o experimental. No hubo personas que vieran caer el objeto y estalló en una zona inhóspita. Se supone que sería un meteorito, pero no hay rastros hasta ahora. Una comisión de astrónomos llegó a la zona para ayudar a las autoridades políticas. ¿Casualidades reiteradas? 750) this.width=750" border=0 v:shapes="_x0000_i1028">En Febrero de este año y sobre el Océano Pacífico, una gran bola de luz casi impacta a un avión LAN en ruta de Santiago de Chile a Nueva Zelandia. Entre los pasajeros se encontraba el famoso grupo musical Pet Shop Boys, quienes observaron junto a todos abordo este monstruoso objeto que venía del cielo. 750) this.width=750" border=0 v:shapes="_x0000_i1029">Pet Shop Boys Solo cabe preguntarse ¿Esto es habitual y poco difundido o está pasando algo no determinado entorno a nuestro planeta? Con tantos casos en sectores tan cercanos en América del Sur los expertos deberían dar opiniones en base a estudios certeros tras las investigaciones y no especular o suponer a ciegas qué pasó. Lo importante es ¿porqué? Alberto Urquiza García - GEO 2007 Fuentes: http://news.bbc.co.uk Las Últimas Noticias fuente: http://www.investigandomisterios.cl/izquierda/actualidad/meteorito/meteorito1.htm

martes, 2 de junio de 2009

El gritón

El gritón

- Ya no podemos seguir con el Gritón
- Dale otra oportunidad, Constelación
- Nos va a arruinar, Elías, más de lo que estamos
- No hay a quien dejar en su lugar, Conste. Acércate una vela porque no tarda en apagarse la luz con este vendaval
- Pues ya buscaremos otro que…
La mujer no terminó la frase, porque se lo impidió una ráfaga que abrió la puerta de lámina del remolque que servía de vivienda ambulante. Volaron varios objetos en el interior, en tanto comenzaron a escucharse los golpes violentos de los primeros granizos que lanzaba la tormenta.
El viento encabritado volvió a soplar sacudiendo unas láminas que se habían desamarrado, al igual que las series de foquitos que por alguna extraña razón soportaban el embate de la lluvia acompañada de bolas de hielo. Éstas caían como canicas golpeándose en el techo de los camiones o se hacían añicos contra los juegos mecánicos construidos totalmente de hierro. Las lucecillas parpadeaban mas no dejaban de brillar, hasta que se vieron envueltas en un velo gris torrencial que hacía remolinos, como queriendo arrastrar todo lo que se hallaba en el suelo.
- Con este clima se va a poner peor. Tendré que hervir gordolobo para dárselo con canela y miel. Si se calma el aguacero y viene gente, va a tener que trabajar.
- Sírveme otro vaso, Conste. ¿Qué?, ¿ya se vació la botella? A qué caray, con esta lluvia, ¿cómo voy a salir por más?
Constelación retiró los platos, tasas con residuos de café y trozos de pan que se hallaban en la pequeña mesa donde colocó hierbas secas extendidas sobre una servilleta. Encendió la hornilla, puso encima de la lumbre un recipiente casi lleno de agua y en éste, todo lo que tenía en la mesa: las plantas, unas cuantas flores marchitas que molió con sus manos, así como varias semillas.
Un relámpago y casi al mismo tiempo el estruendo que sacudió el piso, hizo que la pareja se abrazara. A los pocos segundos se fue la luz quedando todo en la oscuridad.
Los destellos que provocaba cada rayo iluminaban las estructuras mecánicas del carrusel, junto con los tres o cuatro aparatos que había, más el puesto de tiro al blanco. Con esto se componía la feria de barrio.
Ya tenían lista la vela y Elías sacó de todas maneras una linterna del cajón de las herramientas.
El agua comenzó a colarse por las ventilas, a pesar de que éstas se hallaban completamente cerradas. Era tal la fuerza del viento que se sentía la brisa en el rostro. El olor característico de la madera cuando se humedece impregnó el pequeño compartimiento. Para esto, ya se habían colocado algunas toallas enrolladas en prevención que evitaron que el agua siguiera su curso hasta el suelo. Estaban empapadas pero cumpliendo su cometido.
- Mujer, asómate debajo del colchón, me parece que ahí tengo una anforita de brandy; puede ser que me quede algo.
- Mejor tómate una tasa de este remedio que le preparé al Gritón.
- Me sienta más el vino para pasar estos chubascos.
Constelación se dirigió a la parte trasera del vehículo, tanteando con las manos para no golpear la cabeza contra alguna repisa o algo fuera de su lugar. Calculó el sitio donde estaba la esquina del colchón y en eso topó con la piel suave de pelusa; típica perrita faldera que dormía al lado de mátrix, un gato castrado entrado en años. Levantó un poco y extrajo la pequeña botella pero estaba vacía. No había licor ni para un trago.
- Se te acabó el vino, pero si deja de llover pronto, te consigo algo.
- Pues aunque sea dame de eso que le estás preparando al Gritón.
- Te va a caer bien, es simple medicina de rancho. Aunque no en todos los ranchos la encuentra uno. Parece que ya se está pasando la lluvia.
- Ya no salgas, Conste, deja al Gritón para mañana, a lo mejor se durmió aprovechando la oscuridad y que ya nadie sale de su casa. Con este aguacero hasta se los puede llevar una crecida.
- Nada de eso, tenemos que abrir al rato, en cuanto conecten la luz. Al cabo esta tormentita ya se fue para otra parte. Pásame la sombrilla que está ahí recargada para llevarle esto. No vaya ser que de veras se duerma a esta hora que no es ni tan tarde ¿Qué horas son?
- Son las nueve y cuarto. Esta agüita no quiere parar, ha de estar repleta de charcos toda la calle. Mejor consíguete un chisguete de alcohol y nos lo tomamos tú y yo para dormirnos a gusto.
- No, qué tomamos, ni qué tomamos, déjame agarrar el paraguas, hazte a un lado, Elías, me voy con el Gritón para despertarlo, seguro está bien dormido.
- Deja al Gritón en paz, mejor acércate antes de que se prendan los focos. Te voy a dar un buen apretón, de lo que te gusta, ¿ah no? ¿Luego?
Constelación se fue en busca del Gritón, llevando un termo con el contenido del remedio casero.
En media hora por fin escampó y encendieron las series de foquitos, el tocadiscos comenzó a sonar, atrayendo con sus notas a la gente que se animó a sortear las corrientes que todavía descendían por las calles de tierra dejando grandes surcos.
En un rato se llenó la feria, se apretujaba la concurrencia para subir en los carritos, tirar con los rifles de municiones o corchos, mientras varios niños esperaban turno en el carrusel de animales. El aire húmedo se cargó de olores: a guasanas cocidas, cacahuates y elotes asados, junto con salchichas y algodones de azúcar.
- Laaa sandíaaaa, que te comes fríaaaa
- Eeel bandolóóón, que te da un resvalóóón pa que se te quite lo...
- Laaa estrellaaaaa que te alumbraaaa
La voz afónica del Gritón se escuchaba por el altavoz. Tomaba con una mano el mango del micrófono, mientras con la otra barajaba la lotería. A veces le interrumpían las ganas de toser. Llevaba un paliacate bastante arrugado para taparse la boca. Entonces, los jugadores quedaban en suspenso, contemplando el tablero con los granos de maíz que ya habían puesto y mirando de reojo al Gritón, mientras éste hacía un esfuerzo formidable por continuar gritando la lotería. Ya no era voz lo que le salía sino un hilillo ronco, carraspeado, que pronunciaba los nombres de las cartas con bastante dificultad. Algunos llegaban a interrumpirle con tal que les repitiera lo que de pronto les parecía inaudible. Tal vez eso les desanimaba a continuar las tandas por lo que pronto se retiraban. Eso al menos era lo que pensaba Constelación Robles, la dueña del negocio que acompañaba a la feria a donde ésta se movía. Muchas veces se juntaban con algún circo y entonces la lotería era más concurrida porque al salir de la función, la gente en los barrios o pueblos ya no tiene muchas opciones a dónde ir y se queda hasta que los encargados comienzan a apagar las luces o se vende la última fritanga en los alrededores.
- Eeeel barril sin fondooo
- Laaa escaleraaa pa´ llegar a... La lunaaa
- Eeel violoncelooo
Se oía la voz del Gritón, apenas inteligible, a pesar de la ayuda del aparato de sonido. Rodeado de muñecos de peluche, adornos de cerámica, aparatos eléctricos, entre muchos objetos que servían de premios a los ganadores que tenían la suerte de llenar más pronto que el resto de los jugadores su tablero de figuras, el Gritón cumplía cada noche en todas las ferias su tarea. Dormía con su catre dentro de una tarima de tablas que se cubrían con lonas y trozos de plástico. Acostumbrado al frío que azota las calles en la madrugada o las heladas de las zonas despejadas, no usaba más que una cobija. Fumador de toda la vida y la mitad de ésta aficionado a toda clase de sustancia etílica, el Gritón tenía (y lo sabía) daños en la garganta y los pulmones.
Sólo, se incorporó con el negocio de Elías y Constelación cuando el padre de ella se fue de este mundo, dejando vacante el lugar del que grita la lotería. Le dieron oportunidad y pronto se olvidaron de su verdadero nombre, hasta él mismo. Para todos era simplemente el Gritón: Los niños de las colonias donde se paraba la feria le tenían un cierto afecto porque a veces les permitía jugar gratis, a escondidas de los patrones.
Su vida era durísima, pues cuando no se pasaba las noches en vela espantando las ratas que rondaban buscando la comida dejada en el suelo mugriento de las calles o baldíos, tenía que vérselas con borrachos o vagos que merodeaban en busca de algo descuidado para aprovecharse. Riñó muchas veces con toda clase de individuos marginales. El rostro lo atestiguaba con varias cicatrices. Deambuló en circos y ferias, hasta que se encontró con la familia de Constelación, quienes le brindaron un hogar ambulante, comida y trabajo que le daba lo suficiente para comprar las escasas pertenencias que usaba o guardaba.
Cuando su voz tenía los registros de la juventud, el Gritón era capaz de hacer que ésta se escuchara en todo el perímetro de la zona ocupada por los juegos y puestos de vendimias, hasta las calles aledañas, sin ayuda de amplificadores. Era una publicidad infalible y vital para quienes le dieron el trabajo.
- Eeel borrachooo que no come lumbreee
- Eeel nopaaal para calmar el hambreee
- La chalupaaa donde se pasea La sirenaaa
En esos tiempos no pasaba tantas noches sólo entre los cajones de tablas. No faltaron las palomitas nocturnas para hacerle compañía en ese lugar tan estrecho y frio, casi a la intemperie, pero que los plásticos sobrepuestos, una cobija más la oscuridad, le convertían en algo como un nido acogedor que igualmente servía de refugio a uno que otro perro que se guarecía tratando de pasar desapercibido.
El humo, el polvo, junto con el sereno tantas veces respirado, atrofiaron, poco a poco sus tejidos. No se diga los incontables tragos de bebidas heladas. Aún así el gritón no se dio nunca por vencido. Él mismo se preparaba cuanta receta le recomendaban. También fue a ver doctores que le atiborraron de pastillas, pero nunca lo revisaron a fondo, si no, hubieran previsto que el Gritón tenía cáncer y por eso se le iba la voz y la vida.
Tenía años sin fumar ni tomar cualquier clase de alcohol. Pero también fueron muchos de no tener cuidado alguno, por lo que las secuelas operaban en su cuerpo con toda puntualidad.
Lo más triste de todo, reflexionaba cuando estaba a solas, cosa por demás casi cotidiana, es que el punto más vulnerado era precisamente el lugar que necesitaba para vivir, es decir, la voz. Por lo demás, se hallaba en condiciones muy aceptables para un individuo de su edad, que ha llevado tal clase de vida que no es posible definir con términos como dura, difícil o ruda, porque es mucho más que eso.
- Eeel soldadooo
- Laaa damaaa
- Eeel valienteee
El Gritón ya no podía más. Sudaba cada vez que comenzaba una partida, así que el pañuelo estaba empapado y por si fuera poco le venían los ataques de tos cada vez más constantes.
Por eso Constelación estaba desesperada. Por el estado del Gritón y porque Elías no abandonaba la botella. Cómo olvidar cuando el Gritón cayó con cuarenta de fiebre y lo tuvo que dejar en el piso del tráiler una semana envuelto en cobijas mientras se recuperaba. Casi todos esos días Elías roncaba con el estómago lleno de tequila, incapaz de tomar su lugar y conducir la lotería. La vez que lo intentó fue tan notoria la borrachera que ni siquiera podía pronunciar las palabras. Él, se consideraba exclusivamente mecánico electricista. Su oficio consistía en dar cierto mantenimiento al equipo que conformaba la feria, reparar lo que lograra cuando se descomponía algún aparato y era el experto que instalaba los “diablitos”, para que el patrón se ahorrara el costo de la luz.
En tanto que los carritos, caballitos, lanchas u otros juegos daban vueltas, Elías tenía tiempo libre que dedicaba invariablemente a libar. Recibía sueldo por sus servicios por lo que el negocio de la lotería era administrado por Constelación, quien a su vez lo heredó de sus padres.
Cada vez menos gente se acercaba a jugar y el Gritón sentía que se convertía ineludiblemente en una carga para la pareja que le había dado un estilo de vida. Treinta años atrás lo recogió de las calles inmundas una familia que se hizo suya con el tiempo. Se entendió de maravilla con los hermanos de Constelación, quienes a su vez crecieron retirándose cada quien a emprender negocios o trabajar en lo que pudieron acomodarse.
Llegó noviembre encontrándose la feria junto a un circo que exhibía sus miserias en un arrabal. El gritón no faltaba a su cita diaria con la lotería, ni dejaba de tomar remedios que en realidad ya no le provocaban efecto alguno.
- Laaas jaraaas
- Eeel gallitooo que te despierta solitooo
- La muerte que viene a raiz
El gritón ya no pudo pronunciar nada cuando le faltaban solamente cinco cartas. Un niño quizá de once o doce años lo observaba atento sin descuidar su juego. Notó el sudor que le escurría por la cara al Gritón. Se levantó, dejando la tablita casi completamente llena de granitos de maíz, para colocarse junto al micrófono que sostenía el Gritón y pronunció junto con él:
- La pera para que la muerdaaa tu buelaaa
- El mundooo que se va rodando
- El diablito cornudo y panzón
- El catrín como el que está ahiiii
- El sol que es la cobija de los pobreees
¡Lotería! Gritó alguien. La tanda había terminado.