martes, 1 de mayo de 2018

El in futuro de México: 2018-2024




Existe la ilusión para muchos que lo pueden recodar, de que el mejor México que tuvimos fue aquel de la región más transparente; el del progreso con el desarrollo estabilizador; el de la economía estable a 12.50 por dólar; el de los abundantes mantos del petróleo nacional y la administración de la abundancia.
El crecimiento económico se mantenía a buen ritmo hacia la segunda mitad del siglo XX, impulsado por una sociedad vigorosa junto con instituciones que se fortalecían; sin embargo, faltaba algo muy importante; se desconocía la democracia puesto que sólo un partido gobernaba desde que terminó la revolución, allá por 1924.
Unos cuantos sexenios de gobiernos neoliberales fueron suficientes para que cambiara de manera sustancial el rumbo, esto fue al comienzo de los años ochenta; es decir, cinco periodos presidenciales, incluyendo dos que finalmente surgieron con una alternancia que abrió la presidencia al Partido Acción Nacional, para crear un panorama social y políticamente distinto.
La trágica situación que se vive actualmente, sobre todo en regiones propicias para el narcotráfico, no ha pasado desapercibida en el mundo. Nos convertimos en una nación en desgracia que da lugar a que haya decenas de miles de muertos o desaparecidos. La última década ha sido la más violenta que se haya registrado en nuestra época.
Es apenas comprensible que sea tan difícil imaginar o pensar en algo viable, que ayude a salir de esta vorágine que por costumbre las dos televisoras concesionarias –el duopolio- junto con otros medios igualmente concertados, procuran invisibilizar o silenciar a cambio de prerrogativas e importantes sumas de dinero que llega a sus arcas por concepto de propaganda oficial; sin embargo, las redes sociales se encargan de que circule otra clase de información sobre el acontecer: por eso al país se le tiene como uno de los más violentos y peligrosos del planeta.

El presente ensayo propone algunas consideraciones sobre los posibles escenarios políticos que surjan durante los próximos seis años, a partir que sea elegido y tome posesión del cargo, unos meses después de la elección, el nuevo presidente del Poder Ejecutivo Federal. Analizamos a los tres candidatos mejor posicionados para alcanzar la presidencia al inicio del año 2018, tratando de explicar lo que pudiera darse políticamente en el futuro inmediato de acuerdo a lo que representan cada uno de ellos en los términos que éstos plantean como sus propuestas. Nos centramos en algunos rasgos que nos parecieron importantes en cuanto al perfil personal, junto con el ideario político, para llevar a cabo las agendas y los proyectos en caso de verse favorecidos con el triunfo. Acerca de Andrés Manuel López Obrador, único contendiente con experiencia como gobernante, (Distrito Federal, hoy Ciudad de México, de diciembre de 2000 a julio de 2005) presentamos algunos indicadores de la CONEVAL, además de información que ayuda para evaluar la gestión, como son los temas de seguridad, educación, obra pública, entre otros.
Hacer un mapeo anticipado acerca de los reacomodos políticos que surgirán una vez que se defina la próxima elección el 1 de julio es una tarea complicada. A partir de lo que dicen los candidatos cuando éstos hablan públicamente, en el análisis de la fraseología, en sus discursos, entre otras legibilidades, tratamos de interpretar en qué consiste lo que traen “entre manos”, ellos y sus equipos o aliados, igualmente en permanente estado de cambio y ajustes. Esto ha sido posible en la medida de lo que ellos resolvieron decir, únicamente, en razón de que el juego más secreto de la política por razones pragmáticas se lleva a cabo a puerta cerrada.  ¿Qué es lo que ha pactado cada líder y con quién?, es algo que no sabemos, únicamente nos enteramos cuando aparecen declarando en ruedas de prensa o, en otros contextos donde ellos se expresan, sin descartar, desde luego, las filtraciones de información a los medios.
¿Hasta dónde han llegado los compromisos, los acuerdos, a quienes involucran o cuál es el alcance de los mismos?, es parte de la trama oculta de quienes participan en las esferas del poder; juego que se mantiene en forma permanente. El poder representa luchas y tensiones constantes porque no hay lugar para la tregua, las partes en tensión continúa se desajustan al menor debilitamiento o reforzamiento de alguna de ellas y que haga que flaquee o supere a las demás; cualquier cambio repercute en todas las estructuras hasta el último de sus ángulos. El juego político de ayer igual que hoy mantiene a todos los jugadores en permanente acción en un sin final que llega y se va junto con la historia.
Dentro de poco tiempo habrá cambios que pueden llegar a ser significativos para la nación. Aproximarnos a las directrices políticas que orientarán las acciones inmediatas, así como las de corto o mediano plazo que tiene cada corriente o agrupación política es lo que nos propusimos indagar y lo presentamos en esta entrega como parte de una investigación más expandida.  
Nos basamos en alguna medida en lo que los políticos, principalmente quienes son candidatos a puestos de elección popular, han manifestado durante el periodo de las precampañas en las que terminaron los registros el pasado 11 de febrero, desde luego tomando en cuenta también las trayectorias que han tenido. Ofrecemos asimismo un análisis de lo que políticamente representan, conforme a estos antecedentes al igual que el origen y perfil que tienen los grupos que impulsan o apoyan las candidaturas. Nos ocupamos de observar también a quienes los conforman, tratando de responder cuáles pudieran ser las líneas de acción, qué efectos o en su caso los conflictos de interés, entre otras repercusiones que de forma hipotética sugerimos que aparecerían en el panorama político una vez que asuma la presidencia alguno de los candidatos.
Nos interesaron ciertas partes del ADN de la política que concierne a las facciones que participan en la lucha por el poder, de lo cual inferimos si es posible o no, además de cómo, cambiar el rumbo de México en el corto plazo.
Respecto a quien resulte vencedor de la contienda electoral que se definirá, esperemos, en las urnas el próximo día 1 de julio, hacemos algunas suposiciones sobre el clima social que pudiera primar en el país en los siguientes días de la elección según la posibilidad de triunfo de cada uno de ellos junto con la facción que representan. Asimismo, ofrecemos algunas reflexiones sobre circunstancias posibles que se pudieran presentar a lo largo del próximo periodo presidencial. Partimos del escenario político actual en el marco de la competencia electoral que está en marcha y concluirá una vez electo con la votación el presidente de la república junto con los demás representantes populares que de la misma forma resulten favorecidos. Finalmente sugerimos un posible ganador de la elección de este 2018.
Palabras clave: elecciones 2018, candidatos a la Presidencia de la República, escenarios políticos, ejecutivo federal, cambio de poderes, contienda electoral, proyecto de gobierno, agenda sexenal.

Los candidatos.
Como sabemos, 2018 es un año en que las definiciones políticas, en el marco de una elección, orientarán la vida nacional de cara al sexenio siguiente. Lo que está por resolverse en unos meses y que además de lo político impacta en los diferentes ámbitos económicos y sociales, tiene relación directa con la disputa entre las dos corrientes que mantienen cada una sus expectativas sobre la conducción del país y que una vez más se enfrentan por medio de una contienda electoral; una de estas la encabeza nuevamente el PRI, partido que cuenta con la Presidencia y que, además de ser gobierno en 14 estados, tiene 207 diputados que representan el 42% del Congreso de la Unión, gobierna en 850 municipios que equivalen al 34% de las alcaldías del país, 55 senadores en activo y 387 diputados locales. Además de lo anterior, mantiene fuerza electoral en alianza con otros partidos, lo mismo que en gremios sindicales, agrupaciones campesinas o en la burocracia, principalmente. Recordemos que en la elección del 2012 el PVEM aportó a Peña Nieto 1.91 puntos porcentuales de la votación y que ahora el PANAL cuenta con una media constante desde las elecciones del 2006 hasta la fecha de casi cuatro puntos. Esto significa que ambos partidos pueden aportar al PRI una cifra entre 4 y 6 millones de votos el domingo 1° de julio. Cabe mencionar también que están de su lado los principales medios de comunicación, en especial Televisa, además de algunos periódicos y revistas que mantienen líneas editoriales afines con el oficialismo.
La otra opción es la que forman los círculos que lidera Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia en esta tercera ocasión por las siglas de MORENA, y como adelanto decimos que su imagen ha destacado de manera especialmente favorable en las redes sociales a un poco más de un mes de que inicien oficialmente las campañas; es decir, el 29 de marzo. De su parte la coalición llamada “México al frente”, que encabeza el también candidato Ricardo Anaya Cortés, cubre la fase política de un proyecto neoliberal que gravita en el contexto de los renovados acuerdos comerciales; es decir, pende de lo que pudiera surgir de las renegociaciones del TLC y las reglas del juego bilateral que trata de imponer la Casa Blanca. Hay por tanto correspondencia entre las corrientes tanto del PRI como del PAN, (que por lo regular han mantenido unidad en las cámaras legislativas) para el manejo de los planes estratégicos de Washington hacia México, que incluyen mantener e incluso incrementar el control económico, militar y político, léase la era de Trump. Es importante por otra parte recordar que la deuda externa ha crecido aceleradamente en estos últimos años, sin que ello repercuta para disminuir las cifras de pobreza en todos sus contextos, sino más bien observamos un crecimiento de la tasa de pobres en ausencia de políticas que contengan esta tendencia. De acuerdo con información publicada por el periódico digital sinembargo.mx, (25 de febrero de 2018) con datos publicados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en lo que ha transcurrido del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, la deuda pública federal se ha incrementado en un 69.75. por ciento; esto es, al cierre de 2017, se reportó un saldo neto de 10,088,979.7 billones de pesos, el mayor incremento desde 1990. La deuda creció casi al doble con un enorme desequilibrio entre deuda y gasto, lo cual habla de un manejo erróneo de los recursos financieros. Esto significa a todas luces que no hay una relación positiva entre el endeudamiento y el empobrecimiento que afecta a más del 50% de la población. Actualmente existen en el país 53.4 millones de pobres, de acuerdo con la CONEVAL. Endeudarse beneficiándose más los ricos a la vez que empobrecerse el pueblo, tiene que ver con la preponderancia de unos sobre el control de la riqueza y los activos del país, en cuya producción igualmente participa la fuerza laboral de millones de individuos. La concentración de riqueza y recursos en pocas manos es severamente desproporcionada, por tanto, conflictiva. Los indicadores muestran que la violencia crece incontenible al tiempo que se agudizan las diferencias entre los que tienen capitales en demasía y aquellos otros que ni siquiera pueden vivir bajo un techo seguro, además de privarse gran cantidad de familias enteras de una alimentación adecuada. Por otra parte hay evidencia de que no tan sólo las clases con menores ingresos por cápita padecen las consecuencias del modelo que pone a prueba políticas económicas que representan ajustes y aumentos que vuelven difícil, si no es que imposible, sustentar el gasto familiar, (porque no son proporcionales a los ingresos) sino que ésta crisis que algunos especialistas ya evalúan como una recesión económica, afecta de forma igualmente aguda a la economía de las clases intermedias donde abunda el desempleo. Entran también en juego en el proceso electivo las posibilidades de que se incluya con el cambio generacional otra clase de política, con la participación de algunas candidaturas independientes, como la del joven jalisciense Pedro Kumamoto, que se convirtió en un fenómeno de comunicación virtual y política juvenil dentro de este esquema que se ha vuelto una constante en desfavor de las mayorías, al tiempo que son intocables las élites del poder.
Por ello, el imaginario que mantiene la expectativa de un posible cambio en la forma de gobernar, se ha convertido en la marea; “una lucha de independencia” política entre los actores sociales que seguramente participarán en las urnas para apoyar, en una dirección u otra, las dos opciones resultantes ya mencionadas junto con los candidatos que se inscribieron de manera independiente y de los cuales nos ocuparemos en otro apartado.
A partir del próximo año nos daremos una idea acerca del rumbo que tome el nuevo gobierno con las primeras acciones, si es que las hubiera diferentes a lo que se ha visto en más de tres décadas en esta nación poblada por una mayoría empobrecida, que convive en el tiempo que no en “los espacios”, con un reducido número de ricos que amasan fortunas que aumentan cada minuto. El continuismo del mandato de la plutocracia versus el estilo personal del líder que ha buscado la presidencia desde 2006, se enfrentan nuevamente llevándose consigo la opinión pública hacia las áreas de discusiones y debates, sobre todo al terreno de las redes sociales. Es importante señalar que dicho “estilo personal” conecta y hace sinergia con un número creciente de grupos e individuos, entre ellos gente reconocida o incluso acaudalada, lo mismo que líderes sociales y hasta jóvenes estudiantes que se vinculan políticamente con este movimiento también conocido como lopezobradorismo. Recientemente muchos escépticos de López Obrador o francos enemigos políticos se pasaron al movimiento, creando así mayor expectación que pudiera significar aumento en la participación de votantes. De esta forma se realza el capital de competencia electoral que se medirá el 1 de julio contra la maquinaria política junto con las alianzas que procuran sacar votación de sectores que, de acuerdo a cierta lógica que se deduce por las afinidades entre las élites, finalmente tratarán de hacer una suma de votos con la que pretenden descontar puntos a la tendencia triunfadora que tiene hasta el día de hoy la corriente de AMLO.
 Estos son los dos vectores opuestos que chocan, por tanto, en lo esencial: por una parte, la presión de un grupo de políticos y empresarios, básicamente, que han tratado de defender el estatus quo que les da privilegios, siendo a su vez algunos de ellos contactos estratégicos de corporaciones trasnacionales o de poderes fácticos, por lo que se mantienen opuestos a los cambios e invierten dinero para continuar igual. Cabe señalar que, encolumnados con estos, persisten los grupos de la hegemonía, entendida ésta no como una “ideología dominante”, término quizá ya en desuso, sino más bien como una “dominancia en el juego de las ideologías”. (Angenot:2010) Allí crece y se reproduce el conservadurismo de las élites que, adaptadas a los cambios de época, sostienen las prácticas y la sintaxis, con sus símbolos y estímulos -estigmas dominantes- que les ayudan para conservar el poder; en tanto que en el otro sentido se propaga una opción de arraigo más bien en los espacios amplios o los intersticios populares -lo popular-liberal-, cuyo simbolismo que circula en varios niveles trata de fijar en los imaginarios ciertos estímulos nacionalistas; digamos que juaristas, a nivel discursivo en tanto que refiere una austeridad concreta, auto impuesta, entendida como un uso transparente y estoico del erario por parte de quienes ejerzan el gobierno una vez que logren llegar al poder, según la idea original del movimiento que otorga a Juárez la virtud de haber conformado un gabinete con personalidades probas, además de ser austero en el gasto. “Honestidad y justicia”, aparecen como conceptos representativos del Movimiento de Regeneración Nacional MORENA. Faltaría ver qué tanto se cumplen estos postulados. Pudiera darse el caso de que llegue a gobernar esta fuerza política, con ayuda de la gente que experimenta un desencanto por las promesas no cumplidas de parte de los políticos, independientemente de otras desazones a causa de los magros resultados de los sucesivos gobiernos. “Los partidos no sólo se diferencian por sus posturas en sus diferentes temas, sino también porque representan diferentes culturas políticas. Estas culturas se refieren a aspectos racionales, como son los programas, pero también tocan aspectos irracionales”. (Ruiz, 2003) Ha tenido lugar también, como parte del fenómeno motivacional de dicho movimiento de masas, una activación de grupos pertenecientes a estratos socioeconómicos que tienen mayor acceso a recursos tecnológicos. En este sentido, las redes sociales catalizan un ejercicio comunicacional que puede ser entendido como democratizador y que es cada día más intenso para incidir en la opinión pública. Dicho fenómeno repercutirá en preferencias o tendencias de la ciudadanía al momento de emitir un voto; por lo pronto evidencia la suma de personas convencidas de la importancia que tiene inclinarse por alguna opción y así lo manifiestan. Por su parte quienes se muestran inconformes con el gobierno y critican o censuran a través de las redes, ya no pueden ser definidos con claridad en los términos cada vez menos explícitos que secularizan “izquierdas y derechas”, y cuya ejemplificación es difusa, al igual que sucede con un significantis que busca definir lo que es “populista”. Bajo este enfoque no cabría entonces hacer alusiones a la situación actual en Venezuela, aunque éstas se realizan según vemos las respuestas que hacen los voceros y políticos del partido en el poder a sus opositores, sobre todo en las redes sociales, evidentemente orientados por sus asesores de comunicación política, quienes apuestan al miedo que pueden provocar las palabras. Propongamos, como lo sugiere Angenot, que en la hegemonía “intervienen intereses estructurales, tradiciones (porque la hegemonía es un momento de readaptación de un estado hegemónico anterior), posiciones adquiridas y defendidas, “pereza intelectual y necesidades de adaptación a la doxa”.  (Angenot, 2010)
 En este contexto vemos que el ritmo político que mantiene desde hace casi dos décadas la actividad del líder de MORENA y su grupo, además de ser financiado como partido, ha trascendido como una lucha social o resistencia civil organizada y pacífica, en contra de lo que señalan sus militantes como “una mafia del poder”, aunque recientemente dio a conocer directamente López Obrador a través de las redes sociales que ha sustituido este calificativo por el de “grupo de corrupción”. Observamos que el movimiento creció más que en 2006 y 2012, debido precisamente a la mayor participación de las redes sociales y por supuesto también por la suma de grupos que pudieran constituirse en mayorías de inconformes en circunstancias que explican su condición de afectados, víctimas, explotados, desplazados, desempleados, descontentos, entre otras categorías representativas de una marea social dispuesta a participar en los próximos comicios.
De lo que han dejado las experiencias anteriores sabemos que la mayoría de las personas serán de alguna forma “alcanzadas” por la propaganda de las campañas y según la filiación, la empatía o el rechazo que tiene cada quien con respecto a las candidaturas será asumida la publicidad. Principalmente la comunicación se enfocará en los que pudieran cambiar de opinión o aquellos otros de edad y experiencia menor, que en teoría representan un campo fértil para sembrar las ideas y finalmente seducir o convencer para sumarles a los propósitos; es decir, los jóvenes. Por cierto, se ha opinado que los llamados milennials serán otro de los factores decisivos electoralmente.
Se prepara la guerra sicológica donde las batallas, incluida la “guerra sucia”, tienen lugar en el imaginario colectivo, únicamente, o si acaso pudiéramos suponer que se presentarán algunos roces en la vía pública que a veces suelen escenificar los más radicalizados o menos disciplinados, asimismo aquellos otros cuya disciplina consiste precisamente en formar grupos de choque.
Por su parte los poderes de facto constituyen una realidad que no se debe soslayar en el escenario de 2018, como lo fue antes y seguramente lo será después. A continuación, incluimos una cita que alude a este desgarramiento institucional y social que sufre el país a causa del crimen organizado y el fallido combate a este fenómeno creciente.
En total, desde que el periodo electoral empezó oficialmente a nivel federal el 8 de septiembre hasta el final de la precampaña el 11 de febrero —periodo durante el cual se registran los aspirantes y se definen los candidatos al interior de cada partido— fueron asesinados por lo menos diecinueve políticos locales entre alcaldes (electos o en funciones), exalcaldes o precandidatos a presidente municipal. En comparación con esta cifra, algunos conteos indican que durante todo 2016 fueron víctimas de homicidio nueve presidentes municipales y alcaldes electos o antiguos. (EXPLORA NYTIMES.COM/ES)
La propaganda en la etapa de pre campañas, que hizo en las redes sociales el Secretario general del PRI, Enrique Ochoa Reza, nos ejemplifica varias cuestiones relacionadas: en primer lugar, observamos que, llevado por la idea de provocar una reacción negativa en contra de López Obrador, el funcionario priista argumenta supuestos vínculos de éste con el actual gobierno venezolano. Los mensajes demuestran que los asesores de propaganda sugieren utilizar recursos ideológicos en la campaña tomando en cuenta los efectos que éstos pueden provocar para contrariar al enemigo político. “Las tendencias persisten porque son producto de la memoria colectiva respecto de las divisiones políticas del pasado que han moldeado una y otra vez al sistema de partidos”. (Ruiz, 2006) Todo discurso es histórico por lo que los tópicos varían de acuerdo a los imaginarios que se transforman en el tiempo. “Hablar de discurso social es abordar los discursos como hechos sociales y, a partir de allí, como hechos históricos”. Pese al potencial “totalitario” que tienen los grandes sectores discursivos, entre ellos los religiosos, las condiciones sociales les “prohíben persistir en su esencia hacia una extensión máxima”. (Angenot:2010)
Quizá ya muy pocos son conscientes de que sus ideas puedan traducirse con la misma semántica que los partidos del pasado concibieron para definirse según el estatus que agrupaba a la gente en izquierdas o derechas, como condiciones identitarias o de clase, debido a su carácter masivo. Las representaciones han cambiado en el nuevo mundo social por lo que observamos que en el ámbito individualista contemporáneo desaparecieron las señales que trataban de marcar tales diferencias. “En ese sentido, representar la sociedad implica ahora describir las nuevas condiciones sociales, en la era de un capitalismo de innovación que ha sucedido al anterior capitalismo de organización, y, a la vez, explicar socialmente situaciones, pruebas, temores y expectativas que condicionan la vida de los individuos”. (Rosanvallon, 2015) Por su parte la singularidad disminuye los niveles de politización y racionalización de lo político, por lo que éstos son apenas perceptibles. Lo mismo ha sucedido al interior de los partidos que no continúan ceñidos, digamos con la misma lealtad, a los postulados fundacionales que dieron lugar a su participación en la esfera pública. Todo ello explica las recientes alianzas de conveniencia entre estas instituciones políticas que estuvieron posicionadas ideológicamente opuestas en algún momento y que ahora se juntan para competir electoralmente contra otras igualmente aliadas con partidos de diferente origen. Volvamos a Angenot para continuar en este orden de ideas:
Y además, la hegemonía engendra hegemonía: de las rutinas a las convergencias, se refuerza con el solo efecto de masa. A pesar de decir esto, es necesario decir que eso funciona porque no tiene necesidad de ser homogéneo ni “totalitario”; el sistema da cabida a todo tipo de fuerzas centrífugas, vectores de distinciones, de esoterismos, de especializaciones, de disidencias, de paradojas. (Angenot, 2010)
Es muy complejo hacer explícitas todas las causas, independientemente de que algunas de éstas se explican por sí mismas, que ayuden a entender cómo es que se han dado las circunstancias en las que tienen cabida hechos de enorme fatalidad, como es la desaparición de cientos de miles de personas, sin hablar de las que fallecen todos los días en forma violenta. ¿Qué más dañino que eso pudiera suceder en los próximos seis años?
La tragedia acaecida sobre los estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos, en Ayotzinapa, Guerrero, proyectó sin duda la peor imagen de un periodo especialmente sangriento en la vida nacional. La noche de Iguala inició el desplome de lo que aún quedaba de legitimidad de un gobierno que llega a su quinto año prácticamente entregando la presidencia, si fuese respetada la voluntad ciudadana expresada en los votos el próximo 1 de julio.
El repudio de tanta gente hacia el oficialismo del PRI se desató desde el principio del periodo presidencial a través de las redes sociales, principalmente, aunque no sólo allí, sino que es como un vasto rumor que se vuelve clamor social según crece en consenso. A lo largo de más de cinco años han permanecido con bastante fruición los ataques o “memes”, en contra del representante del Ejecutivo, lo mismo que el rotundo rechazo a la candidatura federal que postuló su partido.
Atenco, Tlatlaya, Ocotlán y la lista sigue interminable porque ya no sabemos con exactitud qué tipo de enemigo desean enfrentar las fuerzas armadas, simplemente nos enteramos de las cifras de muertos o heridos, es una guerra literalmente sin cuartel.
El Siglo XXI desde su inicio ha conllevado profundas transformaciones en la vida política y en general en todos los ámbitos del país. Esta etapa se distingue por el desplazamiento de la política económica hacia el centro de gravedad del Consejo de Washington con el G20, al tiempo que se da el surgimiento de China como líder mundial. De acuerdo con la  Dra. Marlén Sánchez Gutiérrez Profesora Titular Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de la Habana:
Para fines de la década del 90 era incuestionable el despegue y el espacio que se iban abriendo en el tablero económico internacional las llamadas economías emergentes. Estos cambios favorecieron la instrumentación de una estrategia por parte del mundo desarrollado de atraer e incorporar a aquellas naciones a las que, en breve, necesariamente habría que sentar en la mesa de negociaciones. (marlens@uh.cu)
En aquellos años no se preveía o quizá solamente lo vislumbraron los expertos sinólogos, el insólito desarrollo chino por lo que hoy Estados Unidos busca hacer un boicot a la inversa, es decir, en lugar de ser un socio señala a China como un “adversario”, según declaraciones recientes de Donald Trump. La guerra comercial recrudecida deviene en este tipo de ataques. Los avatares de Estado Unidos en esta etapa que apunta hacia un nuevo ordenamiento mundial en lo referente a reacomodos geoestratégicos con un mayor control posible sobre las principales fuentes de recursos, ubican a México como altamente vulnerable para ser dominado por parte del exterior. El tema del muro fronterizo tan anunciado antes y después del comienzo de la gestión de Trump, pone en vilo las relaciones bilaterales. 
¿Cuál es el principal problema político de México?
Pensado desde cualquier perspectiva el futuro que se cierne sobre los mexicanos en los próximos años es más aciago que alentador. Por encima de todo vemos que el cáncer de la violencia se expande al punto que nadie se siente seguro en ninguna parte. A esa marcha lúgubre, encorvada por el peso de la iniquidad social y la carga de las instituciones fracturadas o debilitadas a causa de que sus administradores se prestaron a la corrupción en cada sexenio, avanzamos hacia el primer cuarto de siglo sin que haya nada que anuncie que las cosas puedan cambiar. Subsumido el país en un esquema de inoperancia institucional cuyos niveles de corrupción ya históricos llevan al naufragio propio de un Estado fallido, es inminente que aumente la represión ante el disentimiento de inconformes que surge como marea civil por lo insostenible de la situación, porque todo se cae, evidentemente. De acuerdo con el informe Latinobarómetro 2017, el 85 % de los mexicanos no confía en el gobierno que tiene. Haberse convertido la economía pública al modelo neoliberal de la forma como lo hizo, no le convino al ciudadano común y casi a nadie. El TLC reportó superávits favorables a México, sin embargo, los activos fueron rápidamente esfumados como ganancias sin retorno. Se extrae mucho más de lo que se invierte según la lógica de inversiones en nuestro territorio y por su parte el gobierno gasta más de lo que recauda.  
La franja de los débiles todos los días recibe los golpes de un sistema de filiación colonialista que le despoja de sus últimos reductos. El ímpetu global de los mercados que desde hace medio siglo inclina el mundo hacia el orbe capitalista es potencialmente desintegrador, en tanto que imposibilita a unos seguir el ritmo de los negocios por lo que éstos quedan en la expectativa, solamente mirando desde fuera el festín de los económicamente poderosos que se llevan las ganancias.
A la luz de esta situación, es preocupante la influencia que en países como México tienen foros, agencias y organizaciones de carácter supranacional para definir “agendas del desarrollo” y diseñar instrumentos de políticas públicas. La adhesión incondicional a lineamientos supranacionales para orientar políticas públicas de desarrollo coloca a países atrasados en posiciones de debilidad para su desarrollo económico interno. Lejos de resolver las diferencias interregionales y promover esfuerzos detonadores de desarrollo regional, las políticas públicas y los procesos de planeación territorial recorren caminos cada vez más inciertos, ya que están acotados por lógicas de carácter supranacional y en los márgenes cada vez más reducidos de acción del Estado. (Gazca, 2006, p. 67)
Para hacernos una idea aproximada de lo que se puede esperar de cada uno de los candidatos propuestos este 2018, utilizamos algunos indicadores económicos asimismo aquellas políticas públicas de cierta relevancia que han llevado en el pasado los gobiernos que sus partidos representan, o bien, el que encabezó el actual candidato de Morena.
En cuanto a los dos candidatos que no han tenido la experiencia de estar al frente de un poder ejecutivo mencionamos primeramente a José Antonio Meade, quien representa la continuidad del Gobierno Federal, además de haber ocupado puestos de primer nivel como secretario de Estado, destacando que dos de ellos fueron durante los dos gobiernos federales anteriores al actual, mismos que pertenecieron a un partido diferente al que lo postuló en 2017 para contender por la Presidencia.
Por su parte Ricardo Anaya Cortés, posee la experiencia de haber sido diputado local y federal, además de haber ocupado durante un año una secretaría en un gobierno estatal, el de Querétaro, de donde es oriundo. Por tanto, a los dos personajes habría que proyectarlos como presidentes con base a las acciones que destacaron en los entornos donde fueron protagonistas y tuvieron influencia, además de por las acciones propiciadas por los gobiernos de sus partidos. En este caso, como lo señalamos, se hizo a través de los índices económicos y de desarrollo humano. Fue necesario igualmente tomar en cuenta las observaciones de los órganos fiscalizadores y auditores de los gobiernos que ha tenido cada partido lo mismo que los casos de anomalías en el manejo de fondos registrados.
En cuanto al candidato por tercera ocasión, Andrés Manuel López Obrador, al día de hoy con mayores posibilidades de ser el próximo presidente, de acuerdo a las tendencias sobre el voto medidas por diversas empresas especializadas en elaboración de encuestas, comentamos los siguientes aspectos referentes a su gobierno en la capital del país.
Este político tuvo su gestión en la entidad federativa más poblada donde el crecimiento económico tuvo aumentos durante el periodo en algunos puntos porcentuales, esto de manera modesta, sin haber retrocedido cifras en momento alguno. En cuanto a los delitos del orden común se mantuvo la tasa anual, sin embargo, el índice de este rubro tuvo una reducción, al igual que otros como el robo de vehículos. En contraste aumentaron los delitos en la modalidad de extorsión. En cuanto a la inversión extranjera directa en la CDMX, se presentaron altibajos y finalmente creció manteniendo a la capital con la mayor economía del país.
En materia de educación, la CDMX mantuvo sus índices como la entidad menos analfabeta y tercera con mayor asistencia a la escuela en edades de entre 8 y 14 años, es decir primaria y secundaria.
Comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB), e ingreso per cápita y deuda pública entre los años 2000 – 2006. En tanto que López Obrador fue jefe de gobierno de la Ciudad de México. De acuerdo al Banco de Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con la base del 2008, el Producto Interno Bruto de la Ciudad de México creció un promedio anual del 1.74% entre 2000 y 2006. El anual nacional promedio fue de 3.25%. También, el ingreso per cápita en la ciudad de México tuvo crecimiento de 0.81%, respecto al promedio anual en la capital entre 2000 y 2006:  en el resto del país la cifra fue de 1.48 por ciento.
En el mismo periodo, los datos señalan que la Ciudad de México mantuvo el PIB per cápita más alto de México. Para el año 2006, éste fue de 38,976 pesos anual a precios de 1993, en tanto que, en el país, excluyendo al Distrito Federal, fue de 13,652 pesos, una diferencia de casi tres a uno. También, el ingreso per cápita en la ciudad de México creció 0.81%, promedio anual entre 2000 y 2006, y en el resto del país la cifra fue de 1.48 por ciento.
De acuerdo al Centro de Estudios para las Finanzas Públicas, en el año 2005, durante la recta final del gobierno lopezobradorista, al mes de junio las entidades más endeudadas del país eran el Distrito Federal, Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Sonora, que en conjunto acumulaban 97 mil 065.3 millones de pesos, mientras que las 27 restantes sumaban 37 mil 317 millones de pesos.
La deuda del Distrito Federal al cierre de 2005, alcanzaba el 0.53 por ciento del PIB nacional; menor al registrado en los últimos cuatro años (2001, 2002, 2003 y 2004) que representaron el 0.56, 0.61, 0.60 y 0.55 por ciento del PIB, respectivamente.
De acuerdo con datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, en 2001, la deuda pública fue de 32 mil 788 millones de pesos, y para junio de 2005  esa cifra ascendió 41 mil 439 millones de pesos.
Deuda pública del Distrito Federal hasta el 2006, variación porcentual
Año    Variación porcentual
2000    11.60                                
2001    7.8
2002    9.2
2003    0.8
2004    -4.2
2005    -0.1
2006    0.2
Inversión Extranjera Directa
En 2001 la Inversión Extranjera Directa en la Ciudad de México superó los 10 mil millones de dólares, en los siguientes años hubo un declive, sin embargo, volvió a presentar una importante alza para concluir en 6 mil 239 millones de dólares en 2005
Índice de desocupación
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para el 2006 el incremento en el número de trabajadores afiliados a nivel nacional fue de 6.8 por ciento, al pasar de 13,184,863 trabajadores en 2005 a 14,080,367 en 2006. De estas 895,504 nuevas plazas, 405,416 correspondieron a empleos de carácter permanente y 490,088 a eventuales.
 El número de trabajadores en el Sector Servicios aumentó en 564,392 trabajadores, en tanto que en el Sector Industrial el incremento fue de 323,069 trabajadores. A pesar del repunte en el número de trabajadores afiliados al IMSS, la Tasa de Desempleo Abierto se mantuvo alrededor del mismo valor de 2005, esto es, 3.6 por ciento. Aunque hubo el mismo nivel promedio de desempleo del año anterior, de acuerdo con la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación (TCCO), el porcentaje de trabajadores que se encuentran.
El INEGI señala que en 2001 el desempleo en la Ciudad de México fue de 3.9%, mientras que en el 2005 fue de 5.6%.
Seguridad
Durante el paso de López Obrador como gobernante capitalino, la tasa de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes disminuyó de 9.01 en el primer año de su gobierno hasta 7.77 en 2005, cuando dejó el cargo.
Año    Tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes
2000    709
2001    807
2002    748
2003    715
2004    710
2005    698
Educación
De acuerdo al INEGI, para el 2005 y el 2010 (fueron gobiernos de AMLO y después de Marcelo Ebrard), la Ciudad de México tuvo el menor índice de analfabetización y el tercer lugar en asistencia a la escuela de niños de entre 8 y 14 años.


Pobreza
Entre el 2000 y el 2005, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) no marcó ningún incremento o disminución significativa de la pobreza:
Pobreza Alimentaria: 5.9 - 5.5
Pobreza de capacidades: 9.9 - 10.3
Pobreza Patrimonial: 28.0 - 31.0
Mes por mes y delegación por delegación:
Escándalos por uso recursos públicos
La construcción del segundo piso del periférico fue observada por la Contaduría Mayor de Hacienda (hoy Auditoría Superior de la Federación) por irregularidades, toda vez que el Gobierno del Distrito Federal reservó los detalles sobre los contratos en forma confidencial.
El segundo piso del periférico, sin embargo, no ha presentado ninguna falla y es de libre acceso (gratuito) en la parte que construyó AMLO (Distribuidor vial San Antonio).
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
Ricardo Anaya
Propone otro gobierno federal panista. Ha sido diputado local en la LVI Legislatura del Estado de Querétaro del 2009 al 2012 y diputado federal por el principio de representación proporcional a la LXII  Legislatura, de 2012 a 2015. Además, fungió como secretario  particular del gobernador del Estado de Querétaro, Francisco Garrido Patrón, esto entre los años de 2003 a 2008. también ocupó el cargo de coordinador de Desarrollo Humano del Gobierno del Estado de Querétaro de 2008 a 2009.
En la Secretaría de Desarrollo Humano, el estado de Querétaro pasó del lugar 13 al 12 en el Índice de Desarrollo Humano del 2008 al 2010 medido por el PNUD de la ONU en México.
Siendo presidente nacional del PAN logró que su partido ganara 7 de 12 gubernaturas que se disputaron en las elecciones del 2015. En el 2017 también ganó el estado de Nayarit, haciendo que el albiazul gobierne 12 entidades, el mayor número hasta ahora en la historia de ese instituto político.
Escándalos. Con Garrido, Anaya vivió una década en la cima del poder: participó como funcionario juvenil municipal de la capital queretana y posteriormente, durante un sexenio fue secretario particular del gobernador. Dicho cargo le dio acceso al manejo financiero del Programa de Acción Comunitaria (PAC) para repartir entre los pobres en los dos años previos a las elecciones. Y aun cuando el PAN perdió el gobierno estatal en 2009, de cuya derrota fue responsable en su carácter de coordinador general de la campaña, Anaya garantizó su futuro como diputado local plurinominal, coordinador de la bancada y –ya distanciado de Garrido Patrón– logro ser presidente estatal de su partido.
Ricardo Anaya ha estado vinculado políticamente también con la exesposa de Garrido Patrón, Marcela Torres Peimbert, senadora desde 2012 e integrante del órgano electoral que organizó la elección interna en la cual resultó electo. Por diversos motivos al candidato Anaya se le asocia no sólo con la deslealtad, sino que se le hacen señalamientos y denuncias de corrupción. Después de su paso por el gobierno, este político acumuló un patrimonio de más de 10 millones de pesos: En enero de 2011 tenía cinco millones 800 mil pesos en cuentas bancarias y valores bursátiles, así como una casa de 521 metros cuadrados valuada, según él mismo, en 4 millones 300 mil pesos. Un dato curioso: Anaya no compró la residencia con su dinero, sino –en un caso parecido al de Enrique Peña Nieto– la recibió en “donación”, en marzo de 2005, según declaración patrimonial que rindió al iniciar el cargo de subsecretario de Turismo, en 2011, y que ocultó al año siguiente. Y es que, desde que manejó los mil millones del PAC –para repartir materiales de construcción, insumos de mejoramiento urbano y hasta tinacos–, ha estado bajo sospecha de haberse beneficiado ilegalmente de esos recursos.
Por su parte el senador con licencia Francisco Domínguez Servién –ahora gobernador electo de Querétaro– aludió a ese tema en 2013, cuando Anaya y el también diputado federal Marcos Aguilar, alcalde electo de Querétaro capital, lo criticaron por el manejo de recursos como tesorero del Senado, en el contexto del choque entre Madero y Ernesto Cordero.
“Marcos Aguilar habla de transparencia y Ricardo Anaya que manejó mil millones del PAC, que transparenten los recursos de diputados federales (sic)”, escribió Domínguez en su cuenta de Twitter.
Otro ejemplo: la exdiputada federal Raquel Jiménez Cerrillo, compañera de bancada de Anaya, declaró públicamente que éste se fue de Querétaro “huyendo de unos periodicazos” sobre el manejo supuestamente irregular de los mil millones del PAC.
La sospecha se robusteció cuando, en 2011, fue detenido el defraudador Javier Bosque Urquiza, quien aseguró que Anaya, siendo secretario particular de Garrido, “me prestó 8 millones de pesos, parte en cheque y parte en efectivo”, pero sólo le devolvió “como 800 mil”.
Anaya publicó un desplegado para decir que sólo le entregó 800 mil pesos para invertir y que esa cantidad le fue devuelta en diferentes fechas.
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
PGR Investiga a Ricardo Anaya
La Procuraduría General de la República (PGR) investiga la presunta triangulación de recursos de la que se habría beneficiado Ricardo Anaya, el candidato presidencial de Por México al Frente. A través de un comunicado la PGR informó que el 26 de octubre de 2017 recibió una denuncia “sobre hechos posiblemente constitutivos del delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, en medio de señalamientos derivado de lo cual se inició una carpeta de investigación”.
El Ministerio Público de la Federación ha realizado diversas diligencias por lo que envió citatorios a varias personas. Dos de ellas, Alberto y Daniel “N”, quienes declararon sobre el esquema de triangulación de fondos que habría beneficiado a Anaya, solicitaron la aplicación de una figura jurídica contemplada en el Código Nacional de Procedimientos Penales.
El panorama no es tan halagüeño para los dos contendientes que compiten con el puntero López Obrador, por su parte José Antonio Meade igualmente ha sido señalado de involucramiento en manejos irregulares de recursos. La revista Proceso, en su edición del 25 de febrero de 2018, publicó que:
Desde agosto de 2016 –casi un año después de que Rosario Robles dejó la Secretaría de Desarrollo Social, (Sedesol) en medio de señalamientos sobre presuntos desvíos de fondos en esa dependencia -, el equipo de José Antonio Meade respondió a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que “se desconocía” la documentación de los quebrantos millonarios al erario federal por la firma de convenios con la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, (UAEM): uno por 2 mil 435 millones de pesos, otro por 77 millones y un tercero por casi 23 millones. (Proceso. 24/2/2018)
En definitiva, la corrupción es el origen de la mayor parte de la problemática que retrasa el desarrollo del país y de la democracia. A la oligarquía no le representan beneficios los cambios que pudiesen poner en riesgo sus parcelas de poder. El atraso histórico nos deja en pleno siglo XXI -ya avanzado- mal parados frente a un futuro que será más difícil porque las economías planetarias compiten sin miramientos o consideraciones hacia los débiles, que son en todo caso la presa sobre la que lanzaran su voracidad.
En resumen, situamos a México en una encrucijada que pone en juego la historia y el futuro que no se escribe aun, sin embargo, proyecta algunas sombras con muy poca claridad en verdad. El final del túnel no aparece, llevará bastante tiempo quizá resolver la enorme cantidad de asignaturas que tienen sumergida la economía entre las más bajas del continente en términos del PIB. Casi nulo crecimiento en más de tres décadas, excepto para los millonarios que obtuvieron la ventaja de contar con gobiernos débiles, más adaptados a la corrupción que al funcionamiento acorde con la legalidad, con una sociedad diversa, dispersa, alegre sí, pero demasiado conforme con lo poco o subjetivamente “mucho”, que puede disfrutar. Los principales medios de comunicación, léase televisoras y cadenas privadas de radio y prensa, igualmente han jugado un papel de “tapadera” de los malos manejos y calamidades del sistema que se niega a desaparecer. Veremos que el gobierno federal hará todo, un fraude electoral, lo que sea con tal de aferrarse al placentero y riesgoso mando. Ganará López Obrador en las urnas, esa es nuestra visión del desenvolvimiento electoral; sin embargo, seguirá el control en donde está, en las mismas manos, con los que mueven todos los hilos del poder para que nada cambie. De a poco saldrán las primeras políticas públicas una vez que asuma el cargo. El gabinete se verá presionado en los meses sucesivos por el clamor de inconformes que exigirán los cambios casi en forma inmediata, como si fuera algo realista conseguir una trasformación significativa en poco tiempo. De ganar la presidencia AMLO, habría que esperar y quizá desencantarse muchos rápidamente porque las estructuras del sistema lo mantienen rígido. No es fácil flexionar sin afectar intereses imbricados, hilos de poder que llevan a todas partes y finalmente se anudan en torno al dinero. Emocionalmente habría un tercio de la población sintiendo satisfacción porque el “presidente legítimo”, finalmente si pudo serlo oficialmente. ¿Cuánto duraría ese estado de ánimo para volverse lo mismo? Sólo el tiempo que dure la adaptación de un estado hegemónico a otro, porque la dominación de unos sobre otros no se detendrá ahí. Habrá seguramente un mucho mejor ejemplo para gobernar por parte del Ejecutivo. Por lo que se observa Dra. Marlén Sánchez Gutiérrez Profesora Titular Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de la Habana Dra. Marlén Sánchez Gutiérrez Profesora Titular Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de la Habana esta es la “esperanza” que conjuga las fuerzas del movimiento.
Faltan unos meses para la fecha de los comicios, el tiempo oficial para las campañas no ha comenzado. Entre más se aproxima la definición del proceso más se mueve el piso de los políticos junto con sus partidos con todo y alianzas; hasta cabe la posibilidad de reemplazos, sustitutos, nuevos actores en la contienda, debido a los embates que resquebrajan imaginarios favorables que se quedan hechos añicos. Igualmente puede surgir una “figura mediatizada” “fulgurante” que encante a todos y nos llevemos una sorpresa.

Bibliografía

Angenot, M. (2010): El discurso social los límites históricos de lo pensable y lo decible. Siglo veintiuno editores. Argentina.
Gazca, J. (2006) Los nuevos parámetros de las políticas regionales y la promoción de territorios en la globalización, en: Los espacios de reserva en la expansión global del capital. El sur-sureste mexicano de cara al Plan Puebla Panamá. UNAM, Plaza Valdez. México.
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
Marlén Sánchez Gutiérrez Profesora Titular Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de la Habana marlens@uh.cu
www.explora nytimes.com/es
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
Rosanvallon P. (2015) El buen gobierno. Ediciones Manantial. Argentina

Ruiz, L. (2003) Polarización en el Chile post-autoritario. Elites partidistas. (Universidad de Salamanca) en: Política, dinero e institucionalización partidista en América Latina. Manuel Alcántara y Elena M. Barahona (eds)
www. sinembargo.mx, (25 de febrero de 2018)