Existe la ilusión
para muchos que lo pueden recodar, de que el mejor México que tuvimos fue aquel
de la región más transparente; el del
progreso con el desarrollo estabilizador;
el de la economía estable a 12.50 por
dólar; el de los abundantes mantos del petróleo nacional y la administración
de la abundancia.
El crecimiento
económico se mantenía a buen ritmo hacia la segunda mitad del siglo XX, impulsado
por una sociedad vigorosa junto con instituciones que se fortalecían; sin embargo,
faltaba algo muy importante; se desconocía la democracia puesto que sólo un
partido gobernaba desde que terminó la revolución, allá por 1924.
Unos cuantos sexenios
de gobiernos neoliberales fueron suficientes para que cambiara de manera
sustancial el rumbo, esto fue al comienzo de los años ochenta; es decir, cinco
periodos presidenciales, incluyendo dos que finalmente surgieron con una
alternancia que abrió la presidencia al Partido Acción Nacional, para crear un
panorama social y políticamente distinto.
La trágica
situación que se vive actualmente, sobre todo en regiones propicias para el
narcotráfico, no ha pasado desapercibida en el mundo. Nos convertimos en una
nación en desgracia que da lugar a que haya decenas de miles de muertos o
desaparecidos. La última década ha sido la más violenta que se haya registrado
en nuestra época.
Es apenas
comprensible que sea tan difícil imaginar o pensar en algo viable, que ayude a salir
de esta vorágine que por costumbre las dos televisoras concesionarias –el
duopolio- junto con otros medios igualmente concertados, procuran invisibilizar
o silenciar a cambio de prerrogativas e importantes sumas de dinero que llega a
sus arcas por concepto de propaganda oficial; sin embargo, las redes sociales se
encargan de que circule otra clase de información sobre el acontecer: por eso
al país se le tiene como uno de los más violentos y peligrosos del planeta.
El
presente ensayo propone algunas consideraciones sobre los posibles escenarios políticos
que surjan durante los próximos seis años, a partir que sea elegido y tome
posesión del cargo, unos meses después de la elección, el nuevo presidente del Poder
Ejecutivo Federal. Analizamos a los tres candidatos mejor posicionados para
alcanzar la presidencia al inicio del año 2018, tratando de explicar lo que pudiera
darse políticamente en el futuro inmediato de acuerdo a lo que representan cada
uno de ellos en los términos que éstos plantean como sus propuestas. Nos
centramos en algunos rasgos que nos parecieron importantes en cuanto al perfil
personal, junto con el ideario político, para llevar a cabo las agendas y los proyectos
en caso de verse favorecidos con el triunfo. Acerca de Andrés Manuel López
Obrador, único contendiente con experiencia como gobernante, (Distrito Federal,
hoy Ciudad de México, de diciembre de 2000 a julio de 2005) presentamos algunos
indicadores de la CONEVAL, además de información que ayuda para evaluar la gestión,
como son los temas de seguridad, educación, obra pública, entre otros.
Hacer
un mapeo anticipado acerca de los reacomodos políticos que surgirán una vez que
se defina la próxima elección el 1 de julio es una tarea complicada. A partir
de lo que dicen los candidatos cuando éstos hablan públicamente, en el análisis
de la fraseología, en sus discursos, entre otras legibilidades, tratamos de interpretar
en qué consiste lo que traen “entre manos”, ellos y sus equipos o aliados,
igualmente en permanente estado de cambio y ajustes. Esto ha sido posible en la
medida de lo que ellos resolvieron decir, únicamente, en razón de que el juego más
secreto de la política por razones pragmáticas se lleva a cabo a puerta
cerrada. ¿Qué es lo que ha pactado cada
líder y con quién?, es algo que no sabemos, únicamente nos enteramos cuando
aparecen declarando en ruedas de prensa o, en otros contextos donde ellos se
expresan, sin descartar, desde luego, las filtraciones de información a los
medios.
¿Hasta
dónde han llegado los compromisos, los acuerdos, a quienes involucran o cuál es
el alcance de los mismos?, es parte de la trama oculta de quienes participan en
las esferas del poder; juego que se mantiene en forma permanente. El poder
representa luchas y tensiones constantes porque no hay lugar para la tregua,
las partes en tensión continúa se desajustan al menor debilitamiento o reforzamiento
de alguna de ellas y que haga que flaquee o supere a las demás; cualquier
cambio repercute en todas las estructuras hasta el último de sus ángulos. El
juego político de ayer igual que hoy mantiene a todos los jugadores en
permanente acción en un sin final que llega y se va junto con la historia.
Dentro
de poco tiempo habrá cambios que pueden llegar a ser significativos para la
nación. Aproximarnos a las directrices políticas que orientarán las acciones
inmediatas, así como las de corto o mediano plazo que tiene cada corriente o
agrupación política es lo que nos propusimos indagar y lo presentamos en esta entrega
como parte de una investigación más expandida.
Nos
basamos en alguna medida en lo que los políticos, principalmente quienes son
candidatos a puestos de elección popular, han manifestado durante el periodo de
las precampañas en las que terminaron los registros el pasado 11 de febrero,
desde luego tomando en cuenta también las trayectorias que han tenido. Ofrecemos
asimismo un análisis de lo que políticamente representan, conforme a estos
antecedentes al igual que el origen y perfil que tienen los grupos que impulsan
o apoyan las candidaturas. Nos ocupamos de observar también a quienes los
conforman, tratando de responder cuáles pudieran ser las líneas de acción, qué
efectos o en su caso los conflictos de interés, entre otras repercusiones que de
forma hipotética sugerimos que aparecerían en el panorama político una vez que
asuma la presidencia alguno de los candidatos.
Nos
interesaron ciertas partes del ADN de la política que
concierne a las facciones que participan en la lucha por el poder, de lo cual
inferimos si es posible o no, además de cómo, cambiar el rumbo de México en el
corto plazo.
Respecto
a quien resulte vencedor de la contienda electoral que se definirá, esperemos,
en las urnas el próximo día 1 de julio, hacemos algunas suposiciones sobre el
clima social que pudiera primar en el país en los siguientes días de la
elección según la posibilidad de triunfo de cada uno de ellos junto con la
facción que representan. Asimismo, ofrecemos algunas reflexiones sobre circunstancias
posibles que se pudieran presentar a lo largo del próximo periodo presidencial.
Partimos del escenario político actual en el marco de la competencia electoral
que está en marcha y concluirá una vez electo con la votación el presidente de
la república junto con los demás representantes populares que de la misma forma
resulten favorecidos. Finalmente sugerimos un posible ganador de la elección de
este 2018.
Palabras
clave: elecciones 2018, candidatos a la Presidencia de la República, escenarios
políticos, ejecutivo federal, cambio de poderes, contienda electoral, proyecto
de gobierno, agenda sexenal.
Los
candidatos.
Como
sabemos, 2018 es un año en que las definiciones políticas, en el marco de una
elección, orientarán la vida nacional de cara al sexenio siguiente. Lo que está
por resolverse en unos meses y que además de lo político impacta en los
diferentes ámbitos económicos y sociales, tiene relación directa con la disputa
entre las dos corrientes que mantienen cada una sus expectativas sobre la
conducción del país y que una vez más se enfrentan por medio de una contienda
electoral; una de estas la encabeza nuevamente el PRI,
partido que cuenta con la Presidencia y que, además de ser gobierno en 14 estados,
tiene 207 diputados que representan el 42% del Congreso de la Unión, gobierna
en 850 municipios que equivalen al 34% de las alcaldías del país, 55 senadores
en activo y 387 diputados locales. Además de lo anterior, mantiene fuerza
electoral en alianza con otros partidos, lo mismo que en gremios sindicales,
agrupaciones campesinas o en la burocracia, principalmente. Recordemos que en
la elección del 2012 el PVEM aportó a Peña Nieto 1.91
puntos porcentuales de la votación y que ahora el PANAL
cuenta
con una media constante desde las elecciones del 2006 hasta la fecha de casi
cuatro puntos. Esto significa que ambos partidos pueden aportar al PRI
una cifra entre 4 y 6 millones de votos el domingo 1° de julio. Cabe mencionar también
que están de su lado los principales medios de comunicación, en especial Televisa,
además de algunos periódicos y revistas que mantienen líneas editoriales afines
con el oficialismo.
La
otra opción es la que forman los círculos que lidera Andrés Manuel López
Obrador, candidato a la presidencia en esta tercera ocasión por las siglas de MORENA, y
como adelanto decimos que su imagen ha destacado de manera especialmente
favorable en las redes sociales a un poco más de un mes de que inicien oficialmente
las campañas; es decir, el 29 de marzo. De su parte la coalición llamada “México
al frente”, que encabeza el también candidato Ricardo Anaya Cortés, cubre la fase
política de un proyecto neoliberal que gravita en el contexto de los renovados acuerdos
comerciales; es decir, pende de lo que pudiera surgir de las renegociaciones
del TLC
y las reglas del juego bilateral que trata de imponer la Casa Blanca. Hay por
tanto correspondencia entre las corrientes tanto del PRI
como
del PAN, (que
por lo regular han mantenido unidad en las cámaras legislativas) para el manejo
de los planes estratégicos de Washington hacia México, que incluyen mantener e
incluso incrementar el control económico, militar y político, léase la era de
Trump. Es importante por otra parte recordar que la deuda externa ha crecido aceleradamente
en estos últimos años, sin que ello repercuta para disminuir las cifras de
pobreza en todos sus contextos, sino más bien observamos un crecimiento de la
tasa de pobres en ausencia de políticas que contengan esta tendencia. De
acuerdo con información publicada por el periódico digital sinembargo.mx, (25
de febrero de 2018) con datos publicados por la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, en lo que ha transcurrido del sexenio del Presidente Enrique Peña
Nieto, la deuda pública federal se ha incrementado en un 69.75. por ciento;
esto es, al cierre de 2017, se reportó un saldo neto de 10,088,979.7 billones
de pesos, el mayor incremento desde 1990. La deuda creció casi al doble con un
enorme desequilibrio entre deuda y gasto, lo cual habla de un manejo erróneo de
los recursos financieros. Esto significa a todas luces que no hay una relación positiva
entre el endeudamiento y el empobrecimiento que afecta a más del 50% de la
población. Actualmente existen en el país 53.4 millones de pobres, de acuerdo
con la CONEVAL.
Endeudarse beneficiándose más los ricos a la vez que empobrecerse el pueblo, tiene
que ver con la preponderancia de unos sobre el control de la riqueza y los
activos del país, en cuya producción igualmente participa la fuerza laboral de
millones de individuos. La concentración de riqueza y recursos en pocas manos
es severamente desproporcionada, por tanto, conflictiva. Los indicadores
muestran que la violencia crece incontenible al tiempo que se agudizan las
diferencias entre los que tienen capitales en demasía y aquellos otros que ni
siquiera pueden vivir bajo un techo seguro, además de privarse gran cantidad de
familias enteras de una alimentación adecuada. Por otra parte hay evidencia de
que no tan sólo las clases con menores ingresos por cápita padecen las
consecuencias del modelo que pone a prueba políticas económicas que representan
ajustes y aumentos que vuelven difícil, si no es que imposible, sustentar el
gasto familiar, (porque no son proporcionales a los ingresos) sino que ésta
crisis que algunos especialistas ya evalúan como una recesión económica, afecta
de forma igualmente aguda a la economía de las clases intermedias donde abunda
el desempleo. Entran también en juego en el proceso electivo las posibilidades
de que se incluya con el cambio generacional otra clase de política, con la participación
de algunas candidaturas independientes, como la del joven jalisciense Pedro Kumamoto,
que se convirtió en un fenómeno de comunicación virtual y política juvenil dentro
de este esquema que se ha vuelto una constante en desfavor de las mayorías, al
tiempo que son intocables las élites del poder.
Por
ello, el imaginario que mantiene la expectativa de un posible cambio en la
forma de gobernar, se ha convertido en la marea; “una lucha de independencia” política
entre los actores sociales que seguramente participarán en las urnas para
apoyar, en una dirección u otra, las dos opciones resultantes ya mencionadas
junto con los candidatos que se inscribieron de manera independiente y de los cuales
nos ocuparemos en otro apartado.
A
partir del próximo año nos daremos una idea acerca del rumbo que tome el nuevo
gobierno con las primeras acciones, si es que las hubiera diferentes a lo que
se ha visto en más de tres décadas en esta nación poblada por una mayoría
empobrecida, que convive en el tiempo que no en “los espacios”, con un reducido
número de ricos que amasan fortunas que aumentan cada minuto. El continuismo del
mandato de la plutocracia versus el
estilo personal del líder que ha buscado la presidencia desde 2006, se enfrentan
nuevamente llevándose consigo la opinión pública hacia las áreas de discusiones
y debates, sobre todo al terreno de las redes sociales. Es importante señalar
que dicho “estilo personal” conecta y hace sinergia con un número creciente de grupos
e individuos, entre ellos gente reconocida o incluso acaudalada, lo mismo que
líderes sociales y hasta jóvenes estudiantes que se vinculan políticamente con
este movimiento también conocido como lopezobradorismo. Recientemente muchos
escépticos de López Obrador o francos enemigos políticos se pasaron al
movimiento, creando así mayor expectación que pudiera significar aumento en la participación
de votantes. De esta forma se realza el capital de competencia electoral que se
medirá el 1 de julio contra la maquinaria política junto con las alianzas que procuran
sacar votación de sectores que, de acuerdo a cierta lógica que se deduce por
las afinidades entre las élites, finalmente tratarán de hacer una suma de votos
con la que pretenden descontar puntos a la tendencia triunfadora que tiene
hasta el día de hoy la corriente de AMLO.
Estos son los dos vectores opuestos que chocan,
por tanto, en lo esencial: por una parte, la presión de un grupo de políticos y
empresarios, básicamente, que han tratado de defender el estatus quo que les da privilegios, siendo a su vez algunos de
ellos contactos estratégicos de corporaciones trasnacionales o de poderes
fácticos, por lo que se mantienen opuestos a los cambios e invierten dinero
para continuar igual. Cabe señalar que, encolumnados con estos, persisten los grupos
de la hegemonía, entendida ésta no como una “ideología dominante”, término
quizá ya en desuso, sino más bien como una “dominancia en el juego de las
ideologías”. (Angenot:2010) Allí crece y se reproduce el conservadurismo de las
élites que, adaptadas a los cambios de época, sostienen las prácticas y la
sintaxis, con sus símbolos y estímulos -estigmas dominantes- que les ayudan
para conservar el poder; en tanto que en el otro sentido se propaga una opción
de arraigo más bien en los espacios amplios o los intersticios populares -lo
popular-liberal-, cuyo simbolismo que circula en varios niveles trata de fijar
en los imaginarios ciertos estímulos nacionalistas; digamos que juaristas, a
nivel discursivo en tanto que refiere una austeridad concreta, auto impuesta, entendida
como un uso transparente y estoico del erario por parte de quienes ejerzan el
gobierno una vez que logren llegar al poder, según la idea original del
movimiento que otorga a Juárez la virtud de haber conformado un gabinete con
personalidades probas, además de ser austero en el gasto. “Honestidad y
justicia”, aparecen como conceptos representativos del Movimiento de Regeneración
Nacional MORENA. Faltaría ver qué tanto se cumplen estos
postulados. Pudiera darse el caso de que llegue a gobernar esta fuerza política,
con ayuda de la gente que experimenta un desencanto por las promesas no
cumplidas de parte de los políticos, independientemente de otras desazones a
causa de los magros resultados de los sucesivos gobiernos. “Los partidos no
sólo se diferencian por sus posturas en sus diferentes temas, sino también
porque representan diferentes culturas políticas. Estas culturas se refieren a
aspectos racionales, como son los programas, pero también tocan aspectos
irracionales”. (Ruiz, 2003) Ha tenido lugar también, como parte del fenómeno
motivacional de dicho movimiento de masas, una activación de grupos
pertenecientes a estratos socioeconómicos que tienen mayor acceso a recursos
tecnológicos. En este sentido, las redes sociales catalizan un ejercicio
comunicacional que puede ser entendido como democratizador y que es cada día
más intenso para incidir en la opinión pública. Dicho fenómeno repercutirá en preferencias
o tendencias de la ciudadanía al momento de emitir un voto; por lo pronto
evidencia la suma de personas convencidas de la importancia que tiene inclinarse
por alguna opción y así lo manifiestan. Por su parte quienes se muestran
inconformes con el gobierno y critican o censuran a través de las redes, ya no
pueden ser definidos con claridad en los términos cada vez menos explícitos que
secularizan “izquierdas y derechas”, y cuya ejemplificación es difusa, al igual
que sucede con un significantis que busca
definir lo que es “populista”. Bajo este enfoque no cabría entonces hacer
alusiones a la situación actual en Venezuela, aunque éstas se realizan según
vemos las respuestas que hacen los voceros y políticos del partido en el poder
a sus opositores, sobre todo en las redes sociales, evidentemente orientados
por sus asesores de comunicación política, quienes apuestan al miedo que pueden
provocar las palabras. Propongamos, como lo sugiere Angenot, que en la
hegemonía “intervienen intereses estructurales, tradiciones (porque la
hegemonía es un momento de readaptación de un estado hegemónico anterior),
posiciones adquiridas y defendidas, “pereza intelectual y necesidades de
adaptación a la doxa”. (Angenot, 2010)
En este contexto vemos que el ritmo político que
mantiene desde hace casi dos décadas la actividad del líder de MORENA
y su grupo, además de ser financiado como partido, ha trascendido como una
lucha social o resistencia civil organizada y pacífica, en contra de lo que
señalan sus militantes como “una mafia del poder”, aunque recientemente dio a
conocer directamente López Obrador a través de las redes sociales que ha
sustituido este calificativo por el de “grupo de corrupción”. Observamos que el
movimiento creció más que en 2006 y 2012, debido precisamente a la mayor
participación de las redes sociales y por supuesto también por la suma de grupos
que pudieran constituirse en mayorías de inconformes en circunstancias que
explican su condición de afectados, víctimas, explotados, desplazados,
desempleados, descontentos, entre otras categorías representativas de una marea
social dispuesta a participar en los próximos comicios.
De
lo que han dejado las experiencias anteriores sabemos que la mayoría de las
personas serán de alguna forma “alcanzadas” por la propaganda de las campañas y
según la filiación, la empatía o el rechazo que tiene cada quien con respecto a
las candidaturas será asumida la publicidad. Principalmente la comunicación se
enfocará en los que pudieran cambiar de opinión o aquellos otros de edad y
experiencia menor, que en teoría representan un campo fértil para sembrar las
ideas y finalmente seducir o convencer para sumarles a los propósitos; es
decir, los jóvenes. Por cierto, se ha opinado que los llamados milennials serán
otro de los factores decisivos electoralmente.
Se
prepara la guerra sicológica donde las batallas, incluida la “guerra sucia”,
tienen lugar en el imaginario colectivo, únicamente, o si acaso pudiéramos
suponer que se presentarán algunos roces en la vía pública que a veces suelen escenificar
los más radicalizados o menos disciplinados, asimismo aquellos otros cuya
disciplina consiste precisamente en formar grupos de choque.
Por
su parte los poderes de facto constituyen una realidad que no se debe soslayar
en el escenario de 2018, como lo fue antes y seguramente lo será después. A continuación,
incluimos una cita que alude a este desgarramiento institucional y social que
sufre el país a causa del crimen organizado y el fallido combate a este
fenómeno creciente.
En total, desde que el periodo electoral empezó oficialmente a nivel
federal el 8 de septiembre hasta el final de la precampaña el 11 de febrero
—periodo durante el cual se registran los aspirantes y se definen los
candidatos al interior de cada partido— fueron asesinados por lo menos
diecinueve políticos locales entre alcaldes (electos o en funciones),
exalcaldes o precandidatos a presidente municipal. En comparación con esta cifra, algunos conteos indican que durante todo 2016 fueron víctimas de homicidio nueve
presidentes municipales y alcaldes electos o antiguos. (EXPLORA NYTIMES.COM/ES)
La
propaganda en la etapa de pre campañas, que hizo en las redes sociales el
Secretario general del PRI, Enrique Ochoa Reza, nos
ejemplifica varias cuestiones relacionadas: en primer lugar, observamos que, llevado
por la idea de provocar una reacción negativa en contra de López Obrador, el funcionario
priista argumenta supuestos vínculos de éste con el actual gobierno venezolano.
Los mensajes demuestran que los asesores de propaganda sugieren utilizar
recursos ideológicos en la campaña tomando en cuenta los efectos que éstos
pueden provocar para contrariar al enemigo político. “Las tendencias persisten
porque son producto de la memoria colectiva respecto de las divisiones
políticas del pasado que han moldeado una y otra vez al sistema de partidos”. (Ruiz,
2006) Todo discurso es histórico por lo que los tópicos varían de acuerdo a los
imaginarios que se transforman en el tiempo. “Hablar de discurso social es
abordar los discursos como hechos sociales y, a partir de allí, como hechos
históricos”. Pese al potencial “totalitario” que tienen los grandes sectores
discursivos, entre ellos los religiosos, las condiciones sociales les “prohíben
persistir en su esencia hacia una extensión máxima”. (Angenot:2010)
Quizá
ya muy pocos son conscientes de que sus ideas puedan traducirse con la misma semántica
que los partidos del pasado concibieron para definirse según el estatus que
agrupaba a la gente en izquierdas o derechas, como condiciones identitarias o
de clase, debido a su carácter masivo. Las representaciones han cambiado en el
nuevo mundo social por lo que observamos que en el ámbito individualista contemporáneo
desaparecieron las señales que trataban de marcar tales diferencias. “En ese
sentido, representar la sociedad implica ahora describir las nuevas condiciones
sociales, en la era de un capitalismo de innovación que ha sucedido al anterior
capitalismo de organización, y, a la vez, explicar socialmente situaciones,
pruebas, temores y expectativas que condicionan la vida de los individuos”.
(Rosanvallon, 2015) Por su parte la singularidad disminuye los niveles de
politización y racionalización de lo político, por lo que éstos son apenas
perceptibles. Lo mismo ha sucedido al interior de los partidos que no continúan
ceñidos, digamos con la misma lealtad, a los postulados fundacionales que
dieron lugar a su participación en la esfera pública. Todo ello explica las recientes
alianzas de conveniencia entre estas instituciones políticas que estuvieron posicionadas
ideológicamente opuestas en algún momento y que ahora se juntan para competir
electoralmente contra otras igualmente aliadas con partidos de diferente origen.
Volvamos a Angenot para continuar en este orden de ideas:
Y
además, la hegemonía engendra hegemonía: de las rutinas a las convergencias, se
refuerza con el solo efecto de masa. A pesar de decir esto, es necesario decir
que eso funciona porque no tiene
necesidad de ser homogéneo ni “totalitario”; el sistema da cabida a todo tipo
de fuerzas centrífugas, vectores de distinciones, de esoterismos, de
especializaciones, de disidencias, de paradojas. (Angenot, 2010)
Es
muy complejo hacer explícitas todas las causas, independientemente de que algunas
de éstas se explican por sí mismas, que ayuden a entender cómo es que se han
dado las circunstancias en las que tienen cabida hechos de enorme fatalidad,
como es la desaparición de cientos de miles de personas, sin hablar de las que
fallecen todos los días en forma violenta. ¿Qué más dañino que eso pudiera suceder
en los próximos seis años?
La
tragedia acaecida sobre los estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos, en
Ayotzinapa, Guerrero, proyectó sin duda la peor imagen de un periodo
especialmente sangriento en la vida nacional. La noche de Iguala inició el
desplome de lo que aún quedaba de legitimidad de un gobierno que llega a su
quinto año prácticamente entregando la presidencia, si fuese respetada la
voluntad ciudadana expresada en los votos el próximo 1 de julio.
El
repudio de tanta gente hacia el oficialismo del PRI se
desató desde el principio del periodo presidencial a través de las redes
sociales, principalmente, aunque no sólo allí, sino que es como un vasto rumor
que se vuelve clamor social según crece en consenso. A lo largo de más de cinco
años han permanecido con bastante fruición los ataques o “memes”, en contra del
representante del Ejecutivo, lo mismo que el rotundo rechazo a la candidatura federal
que postuló su partido.
Atenco,
Tlatlaya, Ocotlán y la lista sigue interminable porque ya no sabemos con
exactitud qué tipo de enemigo desean enfrentar las fuerzas armadas, simplemente
nos enteramos de las cifras de muertos o heridos, es una guerra literalmente
sin cuartel.
El
Siglo XXI
desde
su inicio ha conllevado profundas transformaciones en la vida política y en
general en todos los ámbitos del país. Esta etapa se distingue por el desplazamiento
de la política económica hacia el centro de gravedad del Consejo de Washington
con el G20, al tiempo que se da el surgimiento de China como líder mundial. De
acuerdo con la Dra. Marlén Sánchez Gutiérrez Profesora
Titular Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de la
Habana:
Para fines de la década del 90
era incuestionable el despegue y el espacio que se iban abriendo en el tablero
económico internacional las llamadas economías emergentes. Estos cambios
favorecieron la instrumentación de una estrategia por parte del mundo
desarrollado de atraer e incorporar a aquellas naciones a las que, en breve,
necesariamente habría que sentar en la mesa de negociaciones. (marlens@uh.cu)
En
aquellos años no se preveía o quizá solamente lo vislumbraron los expertos
sinólogos, el insólito desarrollo chino por lo que hoy Estados Unidos busca
hacer un boicot a la inversa, es decir, en lugar de ser un socio señala a China
como un “adversario”, según declaraciones recientes de Donald Trump. La guerra
comercial recrudecida deviene en este tipo de ataques. Los avatares de Estado
Unidos en esta etapa que apunta hacia un nuevo ordenamiento mundial en lo
referente a reacomodos geoestratégicos con un mayor control posible sobre las principales
fuentes de recursos, ubican a México como altamente vulnerable para ser
dominado por parte del exterior. El tema del muro fronterizo tan anunciado
antes y después del comienzo de la gestión de Trump, pone en vilo las
relaciones bilaterales.
¿Cuál
es el principal problema político de México?
Pensado
desde cualquier perspectiva el futuro que se cierne sobre los mexicanos en los
próximos años es más aciago que alentador. Por encima de todo vemos que el
cáncer de la violencia se expande al punto que nadie se siente seguro en
ninguna parte. A esa marcha lúgubre, encorvada por el peso de la iniquidad
social y la carga de las instituciones fracturadas o debilitadas a causa de que
sus administradores se prestaron a la corrupción en cada sexenio, avanzamos
hacia el primer cuarto de siglo sin que haya nada que anuncie que las cosas
puedan cambiar. Subsumido el país en un esquema de inoperancia institucional
cuyos niveles de corrupción ya históricos llevan al naufragio propio de un Estado
fallido, es inminente que aumente la represión ante el disentimiento de
inconformes que surge como marea civil por lo insostenible de la situación,
porque todo se cae, evidentemente. De acuerdo con el informe Latinobarómetro
2017, el 85 % de los mexicanos no confía en el gobierno que tiene. Haberse
convertido la economía pública al modelo neoliberal de la forma como lo hizo, no
le convino al ciudadano común y casi a nadie. El TLC reportó superávits
favorables a México, sin embargo, los activos fueron rápidamente esfumados como
ganancias sin retorno. Se extrae mucho más de lo que se invierte según la lógica
de inversiones en nuestro territorio y por su parte el gobierno gasta más de lo
que recauda.
La
franja de los débiles todos los días recibe los golpes de un sistema de
filiación colonialista que le despoja de sus últimos reductos. El ímpetu global
de los mercados que desde hace medio siglo inclina el mundo hacia el orbe
capitalista es potencialmente desintegrador, en tanto que imposibilita a unos
seguir el ritmo de los negocios por lo que éstos quedan en la expectativa, solamente
mirando desde fuera el festín de los económicamente poderosos que se llevan las
ganancias.
A
la luz de esta situación, es preocupante la influencia que en países como
México tienen foros, agencias y organizaciones de carácter supranacional para
definir “agendas del desarrollo” y diseñar instrumentos de políticas públicas.
La adhesión incondicional a lineamientos supranacionales para orientar
políticas públicas de desarrollo coloca a países atrasados en posiciones de
debilidad para su desarrollo económico interno. Lejos de resolver las
diferencias interregionales y promover esfuerzos detonadores de desarrollo
regional, las políticas públicas y los procesos de planeación territorial
recorren caminos cada vez más inciertos, ya que están acotados por lógicas de
carácter supranacional y en los márgenes cada vez más reducidos de acción del
Estado. (Gazca, 2006, p. 67)
Para hacernos una idea aproximada de lo que se
puede esperar de cada uno de los candidatos propuestos este 2018, utilizamos
algunos indicadores económicos asimismo aquellas políticas públicas de cierta
relevancia que han llevado en el pasado los gobiernos que sus partidos
representan, o bien, el que encabezó el actual candidato de Morena.
En cuanto a los dos candidatos que no han tenido
la experiencia de estar al frente de un poder ejecutivo mencionamos
primeramente a José Antonio Meade, quien representa la continuidad del Gobierno
Federal, además de haber ocupado puestos de primer nivel como secretario de
Estado, destacando que dos de ellos fueron durante los dos gobiernos federales
anteriores al actual, mismos que pertenecieron a un partido diferente al que lo
postuló en 2017 para contender por la Presidencia.
Por su parte Ricardo Anaya Cortés, posee la
experiencia de haber sido diputado local y federal, además de haber ocupado
durante un año una secretaría en un gobierno estatal, el de Querétaro, de donde
es oriundo. Por tanto, a los dos personajes habría que proyectarlos como
presidentes con base a las acciones que destacaron en los entornos donde fueron
protagonistas y tuvieron influencia, además de por las acciones propiciadas por
los gobiernos de sus partidos. En este caso, como lo señalamos, se hizo a
través de los índices económicos y de desarrollo humano. Fue necesario
igualmente tomar en cuenta las observaciones de los órganos fiscalizadores y
auditores de los gobiernos que ha tenido cada partido lo mismo que los casos de
anomalías en el manejo de fondos registrados.
En cuanto al candidato por tercera ocasión, Andrés
Manuel López Obrador, al día de hoy con mayores posibilidades de ser el próximo
presidente, de acuerdo a las tendencias sobre el voto medidas por diversas
empresas especializadas en elaboración de encuestas, comentamos los siguientes aspectos
referentes a su gobierno en la capital del país.
Este político tuvo su gestión en la entidad
federativa más poblada donde el crecimiento económico tuvo aumentos durante el
periodo en algunos puntos porcentuales, esto de manera modesta, sin haber
retrocedido cifras en momento alguno. En cuanto a los delitos del orden común se
mantuvo la tasa anual, sin embargo, el índice de este rubro tuvo una reducción,
al igual que otros como el robo de vehículos. En contraste aumentaron los
delitos en la modalidad de extorsión. En cuanto a la inversión extranjera
directa en la CDMX, se presentaron altibajos y finalmente creció manteniendo a
la capital con la mayor economía del país.
En materia de educación, la CDMX mantuvo sus índices
como la entidad menos analfabeta y tercera con mayor asistencia a la escuela en
edades de entre 8 y 14 años, es decir primaria y secundaria.
Comportamiento del
Producto Interno Bruto (PIB), e ingreso per cápita y deuda pública entre los años 2000 – 2006. En tanto que López
Obrador fue jefe de gobierno de la Ciudad de México. De acuerdo al Banco de
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con la base del
2008, el Producto Interno Bruto de la Ciudad de México creció un promedio anual
del 1.74% entre 2000 y 2006. El anual nacional promedio fue de 3.25%. También, el ingreso per cápita en la
ciudad de México tuvo crecimiento de 0.81%, respecto al promedio anual en la
capital entre 2000 y 2006: en el resto
del país la cifra fue de 1.48 por ciento.
En el mismo periodo, los
datos señalan que la Ciudad de México mantuvo el PIB per cápita más alto de México.
Para el año 2006, éste fue de 38,976 pesos anual a precios de 1993, en tanto
que, en el país, excluyendo al Distrito Federal, fue de 13,652 pesos, una
diferencia de casi tres a uno. También, el ingreso per cápita en la ciudad de
México creció 0.81%, promedio anual entre 2000 y 2006, y en el resto del país
la cifra fue de 1.48 por ciento.
De acuerdo al Centro de
Estudios para las Finanzas Públicas, en el año 2005, durante la recta final del
gobierno lopezobradorista, al mes de junio las entidades más endeudadas del
país eran el Distrito Federal, Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Sonora,
que en conjunto acumulaban 97 mil 065.3 millones de pesos, mientras que las 27
restantes sumaban 37 mil 317 millones de pesos.
La deuda del Distrito
Federal al cierre de 2005, alcanzaba el 0.53 por ciento del PIB nacional; menor
al registrado en los últimos cuatro años (2001, 2002, 2003 y 2004) que
representaron el 0.56, 0.61, 0.60 y 0.55 por ciento del PIB, respectivamente.
De acuerdo con datos del Centro de Estudios de
las Finanzas Públicas, en 2001, la
deuda pública fue de 32 mil 788 millones de pesos, y para junio de 2005 esa cifra ascendió 41 mil 439 millones de
pesos.
Deuda pública del Distrito
Federal hasta el 2006, variación porcentual
Año
Variación porcentual
2000 11.60
2001 7.8
2002 9.2
2003 0.8
2004 -4.2
2005 -0.1
2006 0.2
Inversión
Extranjera Directa
En 2001 la Inversión
Extranjera Directa en la Ciudad de México superó los 10 mil millones de
dólares, en los siguientes años hubo un declive, sin embargo, volvió a
presentar una importante alza para concluir en 6 mil 239 millones de dólares en
2005
Índice
de desocupación
De acuerdo con el Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS), para el 2006 el incremento en el número de
trabajadores afiliados a nivel nacional fue de 6.8 por ciento, al pasar de
13,184,863 trabajadores en 2005 a 14,080,367 en 2006. De estas 895,504 nuevas
plazas, 405,416 correspondieron a empleos de carácter permanente y 490,088 a
eventuales.
El número de trabajadores en el Sector
Servicios aumentó en 564,392 trabajadores, en tanto que en el Sector Industrial
el incremento fue de 323,069 trabajadores. A pesar del repunte en el número de
trabajadores afiliados al IMSS, la Tasa de Desempleo Abierto se mantuvo alrededor
del mismo valor de 2005, esto es, 3.6 por ciento. Aunque hubo el mismo nivel
promedio de desempleo del año anterior, de acuerdo con la Tasa de Condiciones
Críticas de Ocupación (TCCO), el porcentaje de trabajadores que se encuentran.
El INEGI señala que en 2001
el desempleo en la Ciudad de México fue de 3.9%, mientras que en el 2005 fue de
5.6%.
Seguridad
Durante el paso de López Obrador como gobernante
capitalino, la tasa de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes
disminuyó de 9.01 en el primer año de su gobierno hasta 7.77 en 2005, cuando
dejó el cargo.
Año Tasa
de homicidios por cada 100 mil habitantes
2000 709
2001 807
2002 748
2003 715
2004 710
2005 698
Más indicadores de seguridad, seguir este link: http://secretariadoejecutivo.gob.mx/docs/pdfs/tasas%20por%20cada%20100%20mil%20habitantes/Tasas022017.pdf
Educación
De acuerdo al INEGI, para el 2005 y el 2010 (fueron
gobiernos de AMLO y después de Marcelo Ebrard), la Ciudad de México tuvo el
menor índice de analfabetización y el tercer lugar en asistencia a la escuela
de niños de entre 8 y 14 años.
Pobreza
Entre el 2000 y el 2005, el Consejo Nacional
para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) no marcó
ningún incremento o disminución significativa de la pobreza:
Pobreza Alimentaria: 5.9 - 5.5
Pobreza Alimentaria: 5.9 - 5.5
Pobreza de capacidades: 9.9 - 10.3
Pobreza Patrimonial: 28.0 - 31.0
Mes por mes y delegación por delegación:
Escándalos
por uso recursos públicos
La construcción del segundo piso del periférico
fue observada por la Contaduría Mayor de Hacienda (hoy Auditoría Superior de la
Federación) por irregularidades, toda vez que el Gobierno del Distrito Federal
reservó los detalles sobre los contratos en forma confidencial.
El segundo piso del periférico, sin embargo, no
ha presentado ninguna falla y es de libre acceso (gratuito) en la parte que
construyó AMLO (Distribuidor vial San Antonio).
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
Ricardo
Anaya
Propone otro gobierno federal panista. Ha sido diputado local en la LVI
Legislatura del Estado de Querétaro del 2009 al 2012 y diputado federal por el
principio de representación proporcional a la LXII Legislatura, de 2012 a 2015. Además, fungió como secretario particular del gobernador del Estado
de Querétaro, Francisco Garrido Patrón, esto entre los años de 2003 a 2008. también ocupó el cargo de coordinador
de Desarrollo Humano del Gobierno del Estado de Querétaro de 2008 a 2009.
En la Secretaría de Desarrollo Humano, el estado de Querétaro pasó del
lugar 13 al 12 en el Índice de Desarrollo Humano del 2008 al 2010 medido por el
PNUD de la ONU en México.
Siendo presidente nacional del PAN logró que su partido ganara 7 de 12
gubernaturas que se disputaron en las elecciones del 2015. En el 2017 también
ganó el estado de Nayarit, haciendo que el albiazul gobierne 12 entidades, el
mayor número hasta ahora en la historia de ese instituto político.
Escándalos. Con Garrido, Anaya vivió una década en la cima del poder: participó como funcionario
juvenil municipal de la capital queretana y posteriormente, durante un sexenio
fue secretario particular del gobernador. Dicho cargo le dio acceso al manejo
financiero del Programa de Acción Comunitaria (PAC) para repartir entre los
pobres en los dos años previos a las elecciones. Y aun cuando el PAN perdió el
gobierno estatal en 2009, de cuya derrota fue responsable en su carácter de
coordinador general de la campaña, Anaya garantizó su futuro como diputado
local plurinominal, coordinador de la bancada y –ya distanciado de Garrido
Patrón– logro ser presidente estatal de su partido.
Ricardo Anaya ha estado vinculado políticamente también con la exesposa de
Garrido Patrón, Marcela Torres Peimbert, senadora desde 2012 e integrante del
órgano electoral que organizó la elección interna en la cual resultó electo.
Por diversos motivos al candidato Anaya se le asocia no sólo con la deslealtad,
sino que se le hacen señalamientos y denuncias de corrupción. Después de su
paso por el gobierno, este político acumuló un patrimonio de más de 10 millones
de pesos: En enero de 2011 tenía cinco millones 800 mil pesos en cuentas
bancarias y valores bursátiles, así como una casa de 521 metros cuadrados
valuada, según él mismo, en 4 millones 300 mil pesos. Un dato curioso: Anaya no
compró la residencia con su dinero, sino –en un caso parecido al de Enrique
Peña Nieto– la recibió en “donación”, en marzo de 2005, según declaración
patrimonial que rindió al iniciar el cargo de subsecretario de Turismo, en
2011, y que ocultó al año siguiente. Y es que, desde que manejó los mil
millones del PAC –para repartir materiales de construcción, insumos de
mejoramiento urbano y hasta tinacos–, ha estado bajo sospecha de haberse
beneficiado ilegalmente de esos recursos.
Por su parte el senador con licencia Francisco Domínguez Servién –ahora
gobernador electo de Querétaro– aludió a ese tema en 2013, cuando Anaya y el
también diputado federal Marcos Aguilar, alcalde electo de Querétaro capital,
lo criticaron por el manejo de recursos como tesorero del Senado, en el
contexto del choque entre Madero y Ernesto Cordero.
“Marcos Aguilar habla de transparencia y Ricardo Anaya que manejó mil
millones del PAC, que transparenten los recursos de diputados federales (sic)”,
escribió Domínguez en su cuenta de Twitter.
Otro ejemplo: la exdiputada federal Raquel Jiménez Cerrillo, compañera de
bancada de Anaya, declaró públicamente que éste se fue de Querétaro “huyendo de
unos periodicazos” sobre el manejo supuestamente irregular de los mil millones
del PAC.
La sospecha se robusteció cuando, en 2011, fue detenido el defraudador
Javier Bosque Urquiza, quien aseguró que Anaya, siendo secretario particular de
Garrido, “me prestó 8 millones de pesos, parte en cheque y parte en efectivo”,
pero sólo le devolvió “como 800 mil”.
Anaya publicó un desplegado para decir que sólo le entregó 800 mil pesos
para invertir y que esa cantidad le fue devuelta en diferentes fechas.
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
PGR
Investiga a Ricardo Anaya
La Procuraduría General de
la República (PGR) investiga la presunta triangulación de recursos de la que se
habría beneficiado Ricardo Anaya, el candidato presidencial de Por México al
Frente. A través de un comunicado la PGR informó que el 26 de octubre de 2017
recibió una denuncia “sobre hechos posiblemente constitutivos del delito de
operaciones con recursos de procedencia ilícita, en medio de señalamientos derivado
de lo cual se inició una carpeta de investigación”.
El Ministerio Público de la
Federación ha realizado diversas diligencias por lo que envió citatorios a
varias personas. Dos de ellas, Alberto y Daniel “N”, quienes declararon sobre
el esquema de triangulación de fondos que habría beneficiado a Anaya,
solicitaron la aplicación de una figura jurídica contemplada en el Código
Nacional de Procedimientos Penales.
El panorama no es tan
halagüeño para los dos contendientes que compiten con el puntero López Obrador,
por su parte José Antonio Meade igualmente ha sido señalado de involucramiento
en manejos irregulares de recursos. La revista Proceso, en su edición del 25 de
febrero de 2018, publicó que:
Desde agosto de 2016 –casi
un año después de que Rosario Robles dejó la Secretaría de Desarrollo Social, (Sedesol)
en medio de señalamientos sobre presuntos desvíos de fondos en esa dependencia
-, el equipo de José Antonio Meade respondió a la Auditoría Superior de la
Federación (ASF) que “se desconocía” la documentación de los quebrantos
millonarios al erario federal por la firma de convenios con la Universidad
Autónoma del Estado de Morelos, (UAEM): uno por 2 mil 435 millones de pesos,
otro por 77 millones y un tercero por casi 23 millones. (Proceso. 24/2/2018)
En definitiva, la
corrupción es el origen de la mayor parte de la problemática que retrasa el
desarrollo del país y de la democracia. A la oligarquía no le representan beneficios
los cambios que pudiesen poner en riesgo sus parcelas de poder. El atraso
histórico nos deja en pleno siglo XXI -ya avanzado- mal parados frente a un
futuro que será más difícil porque las economías planetarias compiten sin
miramientos o consideraciones hacia los débiles, que son en todo caso la presa
sobre la que lanzaran su voracidad.
En resumen, situamos a
México en una encrucijada que pone en juego la historia y el futuro que no se
escribe aun, sin embargo, proyecta algunas sombras con muy poca claridad en
verdad. El final del túnel no aparece, llevará bastante tiempo quizá resolver
la enorme cantidad de asignaturas que tienen sumergida la economía entre las
más bajas del continente en términos del PIB. Casi nulo crecimiento en más de
tres décadas, excepto para los millonarios que obtuvieron la ventaja de contar
con gobiernos débiles, más adaptados a la corrupción que al funcionamiento
acorde con la legalidad, con una sociedad diversa, dispersa, alegre sí, pero
demasiado conforme con lo poco o subjetivamente “mucho”, que puede disfrutar.
Los principales medios de comunicación, léase televisoras y cadenas privadas de
radio y prensa, igualmente han jugado un papel de “tapadera” de los malos
manejos y calamidades del sistema que se niega a desaparecer. Veremos que el
gobierno federal hará todo, un fraude electoral, lo que sea con tal de
aferrarse al placentero y riesgoso mando. Ganará López Obrador en las urnas,
esa es nuestra visión del desenvolvimiento electoral; sin embargo, seguirá el
control en donde está, en las mismas manos, con los que mueven todos los hilos
del poder para que nada cambie. De a poco saldrán las primeras políticas
públicas una vez que asuma el cargo. El gabinete se verá presionado en los
meses sucesivos por el clamor de inconformes que exigirán los cambios casi en
forma inmediata, como si fuera algo realista conseguir una trasformación
significativa en poco tiempo. De ganar la presidencia AMLO, habría que esperar
y quizá desencantarse muchos rápidamente porque las estructuras del sistema lo
mantienen rígido. No es fácil flexionar sin afectar intereses imbricados, hilos
de poder que llevan a todas partes y finalmente se anudan en torno al dinero.
Emocionalmente habría un tercio de la población sintiendo satisfacción porque el
“presidente legítimo”, finalmente si pudo serlo oficialmente. ¿Cuánto duraría
ese estado de ánimo para volverse lo mismo? Sólo el tiempo que dure la
adaptación de un estado hegemónico a otro, porque la dominación de unos sobre
otros no se detendrá ahí. Habrá seguramente un mucho mejor ejemplo para
gobernar por parte del Ejecutivo. Por lo que se observa Dra. Marlén
Sánchez Gutiérrez Profesora Titular Centro de Investigaciones de Economía Internacional,
Universidad de la Habana Dra. Marlén Sánchez Gutiérrez Profesora Titular Centro de
Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de la Habana esta es la
“esperanza” que conjuga las fuerzas del movimiento.
Faltan unos meses para la
fecha de los comicios, el tiempo oficial para las campañas no ha comenzado.
Entre más se aproxima la definición del proceso más se mueve el piso de los
políticos junto con sus partidos con todo y alianzas; hasta cabe la posibilidad
de reemplazos, sustitutos, nuevos actores en la contienda, debido a los embates
que resquebrajan imaginarios favorables que se quedan hechos añicos. Igualmente
puede surgir una “figura mediatizada” “fulgurante” que encante a todos y nos llevemos una sorpresa.
Bibliografía
Angenot, M.
(2010): El discurso social los límites
históricos de lo pensable y lo decible. Siglo veintiuno editores.
Argentina.
Gazca, J. (2006)
Los nuevos parámetros de las políticas
regionales y la promoción de territorios en la globalización, en: Los espacios
de reserva en la expansión global del capital. El sur-sureste mexicano de cara
al Plan Puebla Panamá. UNAM, Plaza Valdez. México.
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
Marlén Sánchez Gutiérrez Profesora Titular Centro
de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de la Habana
marlens@uh.cu
www.explora nytimes.com/es
http://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/76512.html
http://www.cronica.com.mx/notas/2004/134178.htmlhttps://aristeguinoticias.com/2102/mexico/pgr-investiga-probable-triangulacion-de-recursos-para-ricardo-anaya/
Rosanvallon P. (2015) El buen gobierno. Ediciones Manantial.
Argentina
Ruiz, L. (2003) Polarización en el Chile post-autoritario.
Elites partidistas. (Universidad de Salamanca) en: Política, dinero e
institucionalización partidista en América Latina. Manuel Alcántara y Elena M.
Barahona (eds)
www. sinembargo.mx, (25 de febrero de 2018)